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Guía para el uso de los dos puntos

Guía para el uso de los dos puntos
30 de junio de 2014 - 00:00 - María del Pilar Cobo, Correctora de textos y lexicógrafa

De los signos de puntuación, los dos puntos suelen ser de los que más dudas generan. Esto sucede porque en muchas ocasiones pensamos que los dos puntos sirven para marcar una pausa igual a la que hacemos para respirar, y esto es un error. Los dos puntos tienen funciones específicas, y las revisaremos brevemente.

En primer lugar, recordemos que los dos puntos no se usan después de una conjunción ni después de un verbo. Tengamos presente que una oración está compuesta por sujeto-verbo-objeto (SVO) y que cualquier signo que se introduzca entre ellos de manera errada destruye esta armonía. Por lo tanto, no podemos decir lo siguiente: ‘Compré: papas, huevos y harina’ o ‘Iré a la fiesta con: mi mamá y Marina’. Los dos puntos después de ‘compré’ y ‘con’ crean una pausa innecesaria en la oración. Es como si estuviéramos conduciendo por un camino plano y asfaltado y de pronto nos encontráramos con que el camino está interrumpido por un precipicio; los dos puntos son ese precipicio que nos impide continuar con la ruta.

Ahora que ya sabemos cuándo no usar dos puntos, veamos cuándo debemos escribirlos. Los dos puntos se escriben antes de una enumeración o de una ejemplificación, siempre y cuando exista un elemento anticipador, es decir, algo que nos indique qué viene a continuación. Veamos un ejemplo: ‘El libro consta de dos partes: la teórica y la práctica’. Aquí podemos notar cómo el elemento anticipador es ‘dos partes’. Antes del ejemplo, en cambio, el elemento anticipador es ‘por ejemplo’.

Los dos puntos se usan también para anunciar una cita directa, luego de un verbo de atribución. Recordemos que las citas directas son aquellas en las que se interrumpe el discurso para introducir lo citado, y los dos puntos nos sirven para establecer esta interrupción. Por ejemplo: El testigo aseguró: “Vi entrar al asesino”. Aquí vemos cómo el discurso se interrumpe para dar lugar a la cita, y, gracias a los dos puntos y a las comillas, es posible cambiar de sujeto de tercera a primera persona. En cambio, si la cita no es directa, no podemos cambiar de persona (‘El testigo aseguró que vio entrar al asesino’ y no ‘El sujeto aseguró que vi entrar al asesino’).

Otro caso en el que usamos dos puntos es cuando introducimos una explicación o un resumen de lo que decimos. Por ejemplo: ‘Agua y jabón: los mejores aliados de la salud’ o ‘Harta: así me sentía’. En estos casos, los dos puntos nos sirven para indicar que lo que está después de ellos va a complementar y a aclarar lo que hemos dicho antes. En estos ejemplos también es posible utilizar comas, sin embargo, se recomiendan los dos puntos.

Por último, usamos dos puntos en encabezados de cartas o mensajes (‘Querido Luis:’, ‘Estimada Laura:’). En este caso, debemos recordar que siempre después de los dos puntos se empezará lo siguiente a renglón seguido y con inicial mayúscula. Como podemos ver, el uso de los dos puntos es restringido y fácil de memorizar, así que usémoslos donde se debe y no donde ‘los respiramos’.

 

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