Cuando supe que conoceríamos la Ruta Maya no pude contener el entusiasmo. Presentía que sería un viaje diferente al que suelen promocionar los operadores de las agencias de viajes. No era un viaje familiar, aunque en la organización repiten con cierta frecuencia, que quienes trabajamos allí formamos parte de una gran familia. Al momento de abordar el avión éramos más de 60 miembros de la misma familia. Una locura. Los días previos al viaje y por curiosidad, algunos colegas —entre los que me incluyo— visitamos la página de Google para ver imágenes de los principales destinos que forman parte del recorrido. Solo queríamos ‘sondear’. Al pulsar en las imágenes aparecen mapas de la Ruta Maya y la foto de la pirámide de Chichen Itzá. El impulso fue casi inmediato. A los pocos segundos, publiqué la foto en el muro del Facebook. El entusiasmo por el viaje crecía. El vuelo fue directo, Quito-Cancún. Al llegar, los guías turísticos cumplieron con nuestro primer deseo: conocer la pirámide.

Ubicado en el centro de la ciudad, este monumento histórico fue restaurado y reconstruido en el siglo XX. Es considerado, además, como la edificación maya más emblemática. Al inicio del recorrido, el guía recordó lo que muchos ya sabían: Chichen Itzá es una de las 7 Maravillas del Mundo. Cada una de sus 4 paredes tiene una gran escalinata que conduce a la cima donde está localizado el templo con el altar en el que se realizaban las ofrendas.

Los arqueólogos advierten que la pirámide fue construida con fines astronómicos. Durante los equinoccios de otoño y primavera, el sol se refleja sobre la escalera principal de la zona oeste de la pirámide. Esto logra que se cree un triángulo isósceles que imita el cuerpo de una serpiente que se arrastra hacia abajo. En este gran recinto también se destaca el templo del Hombre Barbudo, dedicado al culto de Quetzalcóatl; el circo del Juego de la Pelota (un espectáculo en el que los jugadores movían una pesada bola con las caderas, los muslos o los brazos, nunca con las manos, hasta introducirla en un aro; el altar de las águilas y los jaguares; la Casa de las Monjas, o el Grupo de las Mil Columnas.

Esta ruta está plagada de sorpresas. Pocos creerían que México también tiene su Valladolid, considerada el Pueblo Mágico de México y la Capital del Oriente Maya.

Uno de sus principales atractivos turísticos es el Convento de San Bernardino de Siena, edificado por los franciscanos. En su fachada destacan arcos de tipo medieval.

Esta urbe también es reconocida por sus artesanías: ropa, bordados, hamacas, joyería, talabartería y el tallado de piedra. Otro de los destinos que no podía faltar en el recorrido era Cancún, considerado el corazón del ocio turístico que se expande por la Riviera Maya, en el estado mexicano de Quintana Roo, que ocupa el lado más occidental de la península de Yucatán. Por su ubicación y oferta hotelera, Cancún es una zona estratégica para explorar las maravillas históricas y naturales que ofrece esta región. Aunque es menos mexicana que Acapulco, Cancún es un referente turístico universal.

Las piscinas de los grandes resorts se rozan con el mar. Para muchos, Cancún es la antesala de la Riviera Maya y todos los hoteles incluyen alguna ruta a las pirámides de Quintana Roo o del estado de Yucatán. Cancún se concentra en el casco urbano y en la zona hotelera, rodeada por una laguna y el mar. Los turistas también pueden disfrutar del el Parque Marino Nacional, la costa occidental de Isla Mujeres, punta Cancún y punta Nizuc. En las aldeas cercanas, a las cuales, se puede llegar en un vehículo alquilado, se habla maya y poco español. Entre los atractivos turísticos de la región está el Parque Xcaret con ríos subterráneos y piscinas naturales. En el lugar, se encuentra, además, el primer mariposario del país y un acuario de arrecife de coral. El parque Xcaret se desarrolló en un antiguo puerto maya. Para muchos este destino constituye sin duda, un paraíso. Fue construido sobre el antiguo puerto maya Polé.

En uno de los afiches turísticos promocionales de este lugar paradisíaco, se puede leer que Xcaret fue creado para promover el disfrute respetuoso del visitante con la madre tierra y la herencia cultural del mundo maya. Cuando creíamos que lo habíamos visto todo, el guía nos sorprendió con otro destino que pocos pasan por alto: la Isla Mujeres, un paraíso que cuenta con vestigios arqueológicos y parques marinos con arrecifes naturales. Localizada en el mar Caribe a solo 15 minutos en barco de la costa mexicana de Cancún, es un lugar y sereno enmarcado por aguas de tonos de azul y verde. Aunque no se equipara a Cancún en su infraestructura hotelera, cuenta con resorts de una a 5 estrellas y más de 1.200 habitaciones. Para quienes viajan por negocios, la mayoría de sus hoteles cuenta con un Centro de Convenciones.

Sus habitantes son, principalmente, pescadores y buzos que han vivido en la isla por generaciones. Una de las opciones para llegar a los puntos de mayor interés en la Isla y sus alrededores son los paseos en lancha. Las embarcaciones salen durante todo el día. Estas y otras playas también fueron frecuentadas por el afamado guitarrista Paco de Lucía, quien encontraba en la costa del Caribe un refugio único para descansar. “El sol es el más bonito que haya visto nunca. En los días claros, de sol, cuando hay viento de norte, el agua es una belleza”, comentó, en una ocasión, el músico flamenco.

Para alejarse de la rutina, Paco de Lucía comenzó a visitar la costa este de México. Adquirió una casa en la ciudad Playa del Carmen, uno de los principales destinos turísticos del país. Hoy es una playa muy frecuentada por turistas provenientes, sobre todo, de Europa y Asia. De esta playa impresiona la magnitud de los hoteles con miles de habitaciones.

No es raro ver a turistas paseando en botes por arroyos que atraviesan el lobby del hotel. Este destino brinda, además, la posibilidad de estar en modernos bares y discotecas y, al mismo tiempo, compenetrarse con la realidad Maya en las cercanas ruinas de Tulum. Los vestigios mayas son aprovechados también por los empresarios hoteleros para brindar a los turistas recreaciones gigantescas de la vida de los aborígenes, sus rituales con el juego de la pelota a la cabeza o la conquista española. Estos espectáculos pueden ser presenciados en teatros del tamaño de coliseos con capacidad para miles de espectadores.

La ciudad Playa del Carmen tiene, a su vez, otras playas: Paamul, Paraíso, Tukan y Mamitas. La quinta avenida es el epicentro de esta ciudad. Algunos la consideran la zona con el mayor movimiento de la Riviera Maya porque está repleta de negocios con todo tipo de artículos, ropa, artesanía, joyerías, souvenirs. Hay cientos de restaurantes, bares y cafés, donde los turistas pueden degustar de la comida típica de la región. Los lugareños comentan que en septiembre baja la afluencia turística, y es posible disfrutar, con mayor tranquilidad, de las playas. Así finalizó este periplo, con una tarde de compras y las clásicas fotografías grupales que luego circularán en las redes sociales. ¡Adiós Riviera Maya!