Parece que el presentador deportivo este año viene con todo.
Al cambio de canal, le agrega una participación, yo diría protagónica, en un reality show que, apegándonos a lo que dice el boletín de prensa que emite el mismo canal “son (fueron) primeros -en rating- el día del estreno”.

Parabienes para todo el equipo que analizándolas son gente buena. Gabriela Pazmiño es la mejor animadora del Ecuador en los actuales momentos. Tiene pegue. Es de las que cuida y reclama su espacio que bien merecido los tiene en estos 20 años de carrera continua.

No es vulgar ni ordinaria. Tiene la facilidad de jugar, mandarse sus chistes, chismear un poco si cabe el término, pero todo medido, sin desajustes, estética. ¿Cuántas desearían ser así?
Sofía Caiche es la otra integrante del staff del programa, a su belleza natural, al igual que Gabriela, se suma un desenfado que no hiere ni molesta.

Ambas, Sofía incluso más, cuidan al máximo su vida y su casa de los programas de faranduleta.
Sofía ha vivido muchas tormentas personales. Es una mujer de fuego. Sabe de la vida. En el reality empero, al menos en el primer programa lució algo incómoda. En eso Vito le ganó.  Disfrutó de la jugada y se lució. Ella le dio chance, sin desearlo seguramente.

Muchos esperarán que no me refiera siquiera a Carlos José Matamoros.
Animador al que conozco mínimo 12 años, desde el recordado set de ‘Noche a Noche’ donde nos endosaron más de una pelea que solo ocurrió en la mente de los que se acostumbran a regar chismes y cosechar tempestades mediáticas.

Matamoros está donde está por méritos propios, y por, debo decirlo con sus letras completas, tiene eso que se llama “carisma“.

Habiendo empezado de a poco, y ventilando a los 4 vientos parte de su vida personal, Matamoros supo girar el timón de su barco televisivo y navegar viento en popa en el oscuro y profundo mar del entretenimiento criollo, plagado de pirañas.

Supo defender su espacio, negociar su talento, decir sí o no, y hoy es respetado, y valorado.
Al lado de Gabriela le toca ahora. Una animadora que es un huracán, querida además, no la tiene fácil, pero de seguro saldrá avante de la prueba, porque él sabe que sumado a su “ángel televisivo“, tiene una lucecita que lo ilumina… y para bien.

El otro juez del reality ofrece poco. Danny Úbeda no es un huracán. Quizás es ventisca, pero de que sabe su oficio, lo sabe.

Y de paso es un finalista de Operación Triunfo de España.
Que si eso es mucho o no, el público tendrá la última palabra. De momento, su paso por ese programa nocturno ha sido más bien tenue.

Los participantes (una buena cantidad) son los mismos en su mayoría de los eternos realitys de los otros canales. Al parecer, la estrella de ellos los marcó para ser participantes de la jugada, nunca protagonistas.

Hay por allí también elementos jóvenes, hay que darles más chance. Y los eternos brasileros y combatientes de todo el dial…

El escenario, más luces que nada, una cortina led, mucho láser, hay dinero.
¿Que si a la gente le importa eso ? ¿..? No lo sé, muchos están viendo ‘Baila la Noche’ con infinitos menos recursos técnicos.

El asunto o el tema de la pelea es más por eltipo de contenido que se genera en cada programa, cada noche. Y allí una cortina led no juega un papel preponderante.