La conocí en 1996 cuando nuestras respectivas carreras veían sus inicios. Edith Rosario Bermeo y yo éramos parte de un taller que entre otros era dictado por el fotógrafo Roberto Pombar.   

Sharon como se hacía llamar me contó con gran entusiasmo que estaba a punto de lanzar la producción discográfica ‘Corazón valiente’, cuyas fotos eran justamente realizadas por Pombar.

Esa mañana no quisimos agarrar taxi ni ella ni yo y pedimos a un amigo en común que nos dé un aventón hasta el centro de Guayaquil. A mi recién conocida amiga, que estaba a punto de estrenar disco, no le molestaba que en las calles la gente la mirara. Sin ser alta ni de rasgos poco comunes, Sharon aún en ese entonces siendo desconocida, llamaba mucho la atención. Era como si todo girara a su alrededor. Su agenda indicaba que tenía que comprar en una tienda del sector los elementos para la matiné de su gran amor: su hija Samantha.

Sharon ‘La Hechicera’ o la ‘Diva’ como también se la llamaba estos últimos años  era una mujer extraña, pero a la vez extraordinaria.

Una verdadera máquina de producir éxitos y un imán para atraer críticas (sin piedad muchas veces), a las cuales ella les daba la vuelta. Su casa era conocida por pocos y daba entrevistas en restaurantes. Ella no solo era su propio mánager sino que estaba incursionando en manejar a otros artistas.

A la una de la madrugada del 4 de enero la llamada de un amigo en común me da la triste noticia. Supe que la muerte la había visitado a la querida Sharon. Su deceso deja una estela de dudas, de dolor, de incomprensión. Deja también a dos hijos, una adolescente y un nene de 3 años. La cantante muere en circunstancias aún no del todo claras pues sale despedida del carro de su propiedad y es atropellada por otro, muriendo a las pocas horas. El shock es generalizado porque no quiero caer en el ‘yoísmo’ de hablar de mi amiga, es preferible hablar de la cantante de música tecnotropical y chichera que era amada por muchos, vilipendiada por algunos, pero un producto total de éxito de audiencia, de mercadeo extraordinario. Una especie de Reina Midas.

UNA ‘DIVA’ DE DATOS Y CIFRAS

Sharon ‘La Hechicera’ fue protagonista de la telenovela de mayor rating después de ‘El Cholito’. La novela ‘La Hechicera’ logró en ciertos capítulos una media de 23 puntos de rating. Una verdadera locura.

También fue coestelar de la comedia ‘El  Gabinete’, de TC Televisión (ahora Mi Canal), canal en donde además hizo El Sabatón. En Ecuavisa hizo el programa de farándula: Sharon y los especialistas. Y trabajó en varios unitarios como actriz.

La producción ‘Corazón valiente’ está calificada como la más vendida en la última década. En los tres últimos años su estilo de música varió de tecnomerengue a chichera en un afán de potencializar su marca y producto que ella era misma.

Sharon fue portada de todas las revistas de Ecuador.   

Particularmente estoy muy sentido con la muerte de esta excelente madre e hija, prima y tía. Una mujer trabajadora a tiempo completo. Se ha ido y para siempre la Reina del marketing, la mujer de mayor impacto media en la memoria colectiva de los ecuatorianos.

Se ha ido al cielo la ‘Diva’. Y desde ahora es inmortal.