Mi trabajo periodístico me ha hecho recorrer algo del inmenso mundo. Mi billetera a solas no lo habría logrado. Y una de las anécdotas que con vergüenza comento, y que no es exagerado, es que incluso en países cercanos mucha gente de mi generación no sabe qué es el Ecuador. ¿Una línea imaginaria?, ¿un Estado?, ¿qué?, ¿está en África? Me sucedió en Viña del Mar, Chile. Noche de turismo, luego de las coberturas, algún bar, cenando, viene la pregunta, ¿de dónde eres?...soy ecuatoriano! ...¿de dónde?

En otra ocasión, en Boston, Estados Unidos, un noticiero de una poderosa cadena pasaba la nota de las elecciones presidenciales ecuatorianas, esto no hace mucho (fue en 2012), donde graficaban la noticia con imágenes del feriado bancario de 1999, mezcladas con las de  revueltas que tumbaban presidentes, quienes salían cual cohete de Carondelet, en helicópteros casi en pleno vuelo.  

Sí, ese es el Ecuador que por décadas, desde el siglo pasado, se conoce en el resto del mundo.

Hay maneras equivocadas también de conocer a nuestro Ecuador. Sesgadas por decir lo menos. Un canal de TV de España producía hace no mucho un programa denominado ‘Madrileños en el mundo’. Y bien. Cuando tocaba entrevistar a los madrileños que vivían en Guayaquil, grababan sus notas en el más recóndito sitio del popular mercado informal de la Bahía, con el conveniente comentario sobre la delincuencia, o en haciendas cercanas, entre frondosos árboles e iguanas. Lindo, claro, sí, eso hay en la ciudad; pero también Guayaquil tiene buenas propuestas hoteleras, teatros, museos, playas cercanas, excelentes carreteras de ingreso a la ciudad... De eso nada. Les sirve más mostrar a los televidentes esta parte del mundo como una aventura a un sitio peligroso. ¡Cuánto habrá sufrido la reportera!

Acertada iniciativa del Ministerio de  Turismo de pautar 30 segundos de publicidad conveniente en el Super Bowl americano. Sucedió este domingo y que contó con imágenes maravillosas de las regiones de nuestro país, escogidas por asesores y técnicos de publicidad y mercadeo internacional.

A veces para cuestionar hay que primero ilustrarse, y ahora hay más oportunidades con esa ‘polla’ virtual llamada Google.  Los de la generación actual tienen esa herramienta que hace dos décadas era casi ficción. Entonces, alimentémonos de información antes de cuestionar. No es el tema de ser partidario o no a una postura política, pero el turismo bien encaminado publicitariamente hablando, es dinero que se devuelve con creces. No hay que ser perito para saber eso. El Super Bowl es la vitrina más grande del planeta, es un día de fiesta familiar deportiva social para los estadounidenses. Y la cereza del pastel no es el marcador deportivo, sino los comerciales y el show del entretiempo. Hoy se conoce al Ecuador mucho más que antes. Hay un buen trabajo de quienes manejan el área de turismo. Hoy las pantallas de NBC, Aljazeera y CNN no registran escenas de saqueos y balas, sino del colorido escenario que Dios nos dio como país, y que debemos mostrar al mundo para que nos visiten, para que sean huéspedes de nuestra gentileza y corazón. Ellos nos merecen y nosotros debemos compartir las bondades de vivir en el país más bello del mundo.