El pasado domingo 12 de marzo, Ecuavisa repasó sus producciones nacionales desde 1967 hasta la actualidad en un emotivo programa especial.  

Hay otros canales que no están de aniversario, no tienen 50 años de trayectoria, salvo RTS y Ecuavisa. No obstante, es válido recordar producciones que generaron interés, emoción y rating, todo en su momento.

Durante la década del 80, Ecuavisa propuso el programa infantil Rinconcito, que tenía adultos disfrazados de animales en un bosque. Su contraparte era Juan Guingulingongo, en TC, entonces llamado Telecentro. Y ese mismo canal produjo durante la misma época Superpelados, que incluía a Vicente Orellana con el personaje del Abuelo Papo.

TC combinó diversión con educación con Quien sabe, sabe, que marcaba los inicios de Anita Buljubasich en la televisión ecuatoriana y Francisco Cabanilla.

Se trataba de la respuesta a Ecuavisa, que tenía su programa El intercolegial.

Las galas de reinados de belleza también tienen su espacio en el baúl de los recuerdos de la televisión nacional.

Sobresale la organización de Miss Ecuador, que en la década del 80 estaba a cargo de Alfredo Adum Wated y Rafael Duani. Existe uno muy recordado, el de 1992, en Teatro Centro de Arte. Tuvo una producción de lujo, con personajes Disney en varias escenografías.

Teleamazonas también organizó su elección de Miss Ecuador y fue impecable en 1996. Fue producido por Claudia Foghini, hoy productora de televisión en Estados Unidos. Fue desde el Teatro de la Casa de la Cultura de Quito, con el salsero Luis Enrique como invitado.  

TC también produjo Miss América Latina desde el Teatro Centro Cívico a inicios de los 90. En dramatizados y comedias, Canal Uno, antes SITV, tuvo producciones que aún se recuerdan, como la telenovela de AU-D y Gabriela Pazmiño o la comedia.

La PPG, que relataba las peripecias de una familia que habitaba en la calle Pedro Pablo Gómez. Cómo olvidar las actuaciones de Amparo Guillén y los inicios en TV de Miriam Murillo, procedente del teatro. Guillén y Lila Flores, en tiempos distintos, incursionaron también por esos lares en los matinales. Y lo hicieron bien.

Durante la década del 90, Canal Uno acertó con el fallecido relator deportivo, Pepe Murillo, al convertirlo en animador de variedades. ‘El Padrino’, como también se lo conocía, inyectó amor y entusiasmo en la pantalla chica, aun cuando lidiaba contra el cáncer.

RTS, antes Telesistema, no está exento de los buenos recuerdos de la TV. Su productor estrella era Eduardo Holmes, quien creó la versión local de La Feria de la Alegría. En los 90 aquello fue un verdadero monstruo de la televisión, con público en vivo, y televisado desde el Teatro de la Casa de la Cultura. Antes de eso había un espacio juvenil denominado Acertijo y que lo conducía el cantante Patricio López. En esa época, María Sol Corral era la imagen de TV Mujer. Posterior a ese espacio ella se mudó a Ecuavisa para protagonizar las telenovelas Isabela y Ángel o demonio.

Gamatv, antes Gamavisión, también produjo dramatizados, como La chica del taxi, con la actriz cuencana Claudia González, quien ya había ganado fama en Ecuavisa.   

Al inicio del milenio, TC apostó años por  las series Mis primas o Emergencia y comedias también inolvidables como Solteros sin compromiso.

Las intenciones y los deseos de hacer buena TV, siempre han existido.

Algunas cosas han resultado, otras no. El repaso corresponde a las tres últimas décadas.

Pero han sido totalmente alejadas del bullicio y falsedad de los hoy denominados programas realities, aquellos de competencias y de equipos de colores, una especie de televisión basura que en algunos casos empezaron bien, pero luego degeneraron en lo que sea. Hay alguna excepción. (O)