Erwin Daniel V.P., de 45 años de edad, antes de autoexiliarse en Venezuela se dedicaba a efectuar fletes en un automóvil de su propiedad. El individuo, hoy ‘testigo protegido’ de la Fiscalía, era contador de profesión y el día de su desaparición trasladaba a su sobrina política Seydi Vélez Falcones a una entrevista de trabajo; pero fueron interceptados por un grupo de hombres, quienes los secuestraron, alrededor de las 06:30 del 19 de noviembre de 2003.

Este relato consta dentro de la investigación que por asalto y robo inició el fiscal de ese entonces, Héctor Vanegas, quien acusó a la mujer y a Erwin V. de formar parte de la banda de antisociales que asaltó la farmacia Fybeca a las 07:00 de aquel día. Cabe recordar que en ese mismo dictamen, el fiscal Vanegas incluyó como asaltantes a los desaparecidos Johnny Gómez Balda Y César Augusto Mata Valenzuela.

Luego, Mireya Vélez Falcones, esposa de Erwin V., declaró ante las autoridades que se enteró de lo ocurrido 4 horas después, cuando vio a su sobrina en la televisión, lo cual motivó que llamara al teléfono celular de su marido, quien le dijo “‘Mireya estoy preso, estoy preso, me quieren matar, cuida a mi hijo, cuiden a Seydi, me tienen en una emboscada, me van a quitar el celular”.

El mismo día, a las 14:00, Seydi Vélez fue llevada al domicilio del sargento segundo de Policía Mario Rodrigo Cevallos Loachamín, conocido como “Ramoncito”, quien había participado en el operativo policial encubierto como periodiquero. La joven refiere que el agente le dijo que la iban a ayudar si decía que “los delincuentes dispararon y que la Policía respondió los disparos”.

En sus versiones, Seydi Vélez agregó que “Ramoncito” insistió en que tenía que colaborar; pero ella se negó en todo momento. Al final, el 25 de mayo de 2004, el juez segundo de lo Penal de Gua-yas, Manuel Vélez Ayala, acusó de autora del delito de asalto y robo a Seydi Vélez y la llamó a juicio. El 20 marzo de 2006, el Tercer Tribunal Penal de Guayas la condenó a cumplir 6 años de prisión en la cárcel de Mujeres de Guayaquil. Por buena conducta la pena se redujo un año. (I)