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Hilda Castillo, madre del expolicía, esperó 1 año 3 meses para ver a su hijo libre de la cárcel
“Vinicio tiene que aprovechar la oportunidad que le ha dado Dios”
“Agradezco a todos los que hicieron posible que mi hijo logre su libertad”, sostuvo Hilda Castillo, madre de Vinicio Ricardo Carvajal Castillo, quien el miércoles 1 de abril recuperó la libertad, un día después de firmarse el indulto presidencial a su favor.
Una hermana de Vinicio lo invitó a pasar el feriado en su casa de Ibarra y ahí descansa, junto con su familia, indicó su progenitora, quien se describe como una mujer del campo, que reside en Pujilí, provincia de Cotopaxi.
Hilda Castillo es madre de cinco hijos, uno de ellos es Vinicio, de 37 años, quien escogió ser policía; otros 2 trabajan en una petrolera, una hija se gana la vida en un negocio de comidas, y también tiene un hijo universitario.
La mujer, recordó que casi nunca sale del campo, pero durante un año y 3 meses iba todos los viernes a visitar a su hijo en la cárcel 4 de Quito.
Detención y pena
Vinicio Carvajal participó en los hechos de violencia del 30 de septiembre de 2010. Después de las investigaciones fue arrestado en diciembre de 2013 y conducido a la cárcel 4, ubicada en el sector El Condado, en el norte de Quito.
El expolicía, junto a otros 5 compañeros, estaba imputado en el caso de tentativa de magnicidio contra el presidente de la República, Rafael Correa.
El 1 de agosto de 2014, en la audiencia de juzgamiento, el juez del Tribunal Séptimo de Pichincha declaró culpables del delito a Carvajal y a los exuniformados Oswaldo Geovanny L., Eduardo Ilario M., Luis Alfredo G., Jessu Paúl J. y Hugo Marcelo B. Posteriormente, fueron sentenciados a 12 años de reclusión por tentativa de magnicidio.
El 18 de septiembre de 2014, Evelin Hernández, esposa de Carvajal, entregó el pedido de indulto en la secretaría de la Presidencia. El sentenciado durante su internamiento se dedicó a elaborar cuadros en el taller del penal.
A finales de ese mes, en una entrevista concedida a este medio de comunicación, Carvajal, padre de 3 niños, desde la cárcel le pidió disculpas al presidente Correa.
“Me equivoqué nunca debí haber estado allí, por eso le pido disculpas al Presidente”, expresó en esa ocasión el hombre, que permaneció en la Policía Nacional cerca de 12 años.
Perdón e indulto
Carvajal y su familia esperaron 15 meses para que llegue el perdón presidencial. El Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos fue el encargado de revisar la solicitud y confirmar el cumplimiento de todos los requisitos, y finalmente recomendó al jefe de Estado que se realice el indulto.
El 31 de marzo, el Primer Mandatario firmó el Decreto Ejecutivo 652, con el que le otorgaba el indulto y la inmediata libertad a Carvajal.
Su familia enterada de la grata noticia lo esperaron, el miércoles 1 de abril, en la puerta del penal. Las lágrimas, los abrazos y la alegría retenida en el corazón afloraron cuando salió Vinicio. Lo primero que hizo fue tomar en su brazos a su hijo Rafael, de 1 año; y luego lo rodearon sus vástagos Ricardo, de 6; y Damián de 4.
Hilda, quien también estuvo fuera de la cárcel esperando que salga su hijo, expresó que fue un triunfo que se haya otorgado el indulto a Vinicio.
Además, la progenitora manifestó que esta es una “nueva oportunidad que le ha dado Dios a su hijo y tiene que aprovecharla”.
Por los acontecimientos del 30 de septiembre de 2010, la Fiscalía General del Estado ha probado la culpabilidad de 108 personas. (I)
Datos
El artículo 147 de la Constitución, en su numeral 18, determina que le corresponde al Presidente de la República rebajar o conmutar las penas.
El Código Orgánico Integral Penal, en su artículo 74, establece que el Jefe de Estado podrá conceder el indulto al privado de libertad con sentencia ejecutoriada y que se observe su buena conducta.
El Reglamento para concesión de indulto, conmutación o rebaja de penas, fue publicado en el Registro Oficial el 29 de sepriembre de 2014, mediante el Decreto Ejecutivo 461.
Entre los requisitos para conceder el indulto consta que las víctimas no se opongan a la solicitud del sentenciado y que este reconozca su falta y pida disculpas.