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Una menor, de 16 años, tuvo 50 encuentros íntimos en 6 meses
$ 150 cobraban los tratantes de personas por encuentro sexual con adolescentes
Nueve días pasaron para que ‘Carmen’, una adolescente de 17 años, regresara a casa luego de que una tarde cualquiera decidió no volver del colegio. Su padre preocupado denunció la desaparición pocas horas después en la Dirección Nacional de Policía Especializada en Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) y empezaron a buscarla.
¿Qué había pasado con ella, si no tenía esa costumbre de desaparecer sin avisar? Su progenitor hubiera preferido que lo que su hija le dijo al principio fuera cierto: que estaba en la casa de una amiga. Pero la realidad era otra, se había involucrado en el negocio de las chicas ‘prepago’, aquellas que ofrecen servicios sexuales.
Una amiga de su colegio, en Santo Domingo de los Tsáchilas, la había convencido, más bien deslumbrado, con el dinero que manejaba y que le decía que adquiriría “fácilmente” por encuentros con hombres en casas u hoteles.
‘Carmen’ tuvo un solo encuentro y fuera de su natal Santo Domingo. Los tratantes la llevaron hasta un hotel en la vía a Chone. El dinero que los antisociales cobraban por las menores de edad era de $ 150, la mitad era para sus “trabajadoras”. En el caso de mujeres adultas, el precio era entre $ 40 y $ 50, de esas 2 cifras los ‘jefes’ se quedaban con $ 15.
Redes se prestaban a las chicas
Los agentes de la Unidad Antitrata de la Dinapen desarticularon la agrupación que reclutó a ‘Carmen’, pero también otra organización vinculada con esta. Cuando una de las dos redes delictivas no contaba con el número de chicas solicitadas por los clientes buscaban apoyo en la otra.
Falsas ofertas de trabajo
La fiscal Nadia Proaño precisó que las investigaciones se iniciaron en febrero de 2016, ahí se determinó que las víctimas eran captadas por medio de una red social, que les ofrecían trabajo. También se realizaron seguimientos y las escuchas telefónicas. Para esto, la Fiscalía solicitó las respectivas órdenes judiciales. Las 6 personas detenidas quedaron con prisión preventiva.
Uno de los investigadores reveló que se descubrieron las cuentas que los delincuentes empleaban en las redes sociales para mantener contacto con las chicas y, además, para promocionarlas. En una publicación, por ejemplo, dice: “Nueva chica, pregunta por Karen” y hay una foto de una chica con el cuerpo semidesnudo, su rostro es protegido.
En publicaciones más antiguas se solicita a chicas de entre 18 y 35 años, aunque ahora se conoce que también empleaban a menores de edad. En el anuncio dice que no importa si tienen o no experiencia, pero es importante que “sean agradables a la vista”. Para llamar la atención de las muchachas también publican fotos con decenas de billetes de varias denominaciones sobre la que hay un texto que dice: “Es tu oportunidad de tener ingresos mejores, Santo Domingo”.
Buscan a mujeres vulnerables
Un agente que trabajó en el operativo sostuvo que los tratantes, sobre todo, buscan a chicas vulnerables que tengan problemas familiares o vivan solas. Por ejemplo, contó que otra menor, de 16 años, que fue víctima de una de estas bandas vivía sola con su abuela, pues sus padres habitan en Pedernales (Manabí). “La historia de ella es triste. Ya tenía 6 meses en el negocio ilícito y había tenido alrededor de 50 encuentros sexuales. La víctima está en el Sistema de Protección de Víctimas y Testigos. En total rescatamos a 17 mujeres entre menores y adultas”, manifestó.
Agregó que en el caso de las mayores se debe investigar si estuvieron por su voluntad o fueron obligadas, pues hubo un caso que una de ellas era entregada y recogida por su conviviente.
Los delincuentes usaban carros o motos para transportar a las “trabajadoras”. Dos hoteles, en los que se vio entrando a las chicas (en la investigación) fueron intervenidos.
El Ministerio de Interior, mediante un comunicado, destacó que “se creó una idiosincrasia por los habitantes de Santo Domingo de los Tsáchilas, viendo como algo normal el trabajo sexual de menores de edad en el sistema de prepago, convirtiendo a esta provincia en lugar propicio para el ‘turismo sexual’”.
Cifras de ‘esclavitud moderna’
45,8 millones de hombres, mujeres y niños están atrapados por la esclavitud moderna, revela el Índice Global de Esclavitud 2016 (IGE), difundido por la Fundación Walk Free y elaborado basado en los resultados de 42.000 entrevistas, llevadas a cabo en 53 idiomas, en 25 países. El 68% está bajo trabajo forzado. Asimismo, más de la mitad de las víctimas de esclavitud son mujeres o niñas y una de cada tres es menor de edad.
El estudio destaca que en América la esclavitud moderna afecta a hombres, mujeres y niños, y en general se traduce en trabajo forzado, explotación comercial sexual y, en menor grado, mendicidad forzada. El trabajo forzado afecta principalmente a las mujeres en las industrias agrícola, minera, constructora y doméstica, sobre todo en América Central y del Norte, y en el Caribe.
Según el IGE 2016, el trabajo forzado es un problema predominante entre los grupos indígenas de Perú, Bolivia y Colombia. Destaca que en América del Sur se reportan más casos de explotación sexual comercial, donde las mujeres y los niños son las víctimas más comunes. La explotación sexual es particularmente frecuente entre las comunidades vulnerables, incluidos los grupos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) de América Central y del Sur.
El reporte internacional también se enfoca en la explotación en algunas áreas rurales de Brasil, a lo largo del río Amazonas, donde se han observado trabajos forzados en las industrias maderera y ladrillera, y en las minas de oro industriales en Perú y Ecuador. (I)