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El tema lo hizo público una vecina
Una mujer fue denunciada por severos castigos a sus hijos
Linda y Keyla son hermanas. La primera tiene 3 años y la segunda ya cumplió 5. Esta semana las menores fueron internadas en el hospital Abel Gilbert Pontón, de Guayaquil, ambas con sus manos heridas por quemaduras. Su madre es la principal sospechosa del hecho. Ellas no fueron las únicas afectadas por los maltratos, también está un hermano aún más pequeño, de 2 años.
Una vecina de la supuesta agresora denunció el 27 de enero que el sábado 23, a eso de las 17:30, escuchó gritos de niños cuando estaba en su casa ubicada en la segunda etapa de la cooperativa Sergio Toral, noroeste de la ciudad. “Entonces me acerqué y constaté que la señora tenía amarrado a uno de sus niños mientras le echaba agua. Los otros 2 gritaban desde un cuarto. Yo le pedí que lo soltara”, consta en el documento legal.
Ese mismo día, los agentes de la Dirección Nacional de la Policía Especializada en Niñas, Niños y Adolescentes (Dinapen) acudieron hasta el sector de Monte Sinaí, sector cooperativa Sergio Toral, a la vivienda donde habita la mujer con sus hijos. Ahí encontraron a Linda y Jesús con huellas en sus cuerpos por la supuesta violencia a la que han sido sometidos.
La progenitora fue trasladada en un patrullero de la Policía Nacional a la Unidad con Competencia en Delitos Flagrantes, en el ‘Cuartel Modelo’, pero en el camino la denunciante manifestó que faltaba una hija, Keyla, que estaba en la casa de su abuela, en la cooperativa Balerio Estacio, de la misma zona.
Los 3 niños también fueron llevados a la unidad judicial para realizarles un reconocimiento médico legal que determinaría la gravedad de las heridas. Los peritos establecieron que los menores tenían entre 8 y 10 días de incapacidad. Las niñas fueron llevadas al hospital y el menor a una casa hogar.
Uno de los últimos casos de este tipo conocidos en Guayaquil ocurrió hace poco más de un mes. Una madre, aparte de quemarle las manos a su hijo, le dejó huellas de golpes en la espalda, rostro y brazos, todo por haber cogido 30 centavos de una cartera. (I)