Luego de 5 años del asesinato de  Estefanía Cristina Madera, el principal sospechoso Ronal Iván R.R. irá a juicio. La joven de 20 años fue asesinada el 27 de enero de 2010 en Quito. Desde entonces Ronal estaba prófugo, por lo que fue incluido en la lista de los ‘Más Buscados’.

La Policía Judicial junto con el Grupo de Operaciones Especiales (GOE) lo capturó el 7 de enero de este año y el juzgado 11 de Garantías Penales de Pichincha lo llamó a juicio el pasado miércoles.

Estefanía tenía 10 años cuando su madre Mariana emigró a Madrid, España, a finales de la década del 90. La ausencia de su madre no impidió a Estefanía convertirse en una joven responsable y estudiosa, maduró pronto porque quedó a cargo de sus hermanos menores Álex y Kevin. Vivían con su abuela materna en La Bota, norte de Quito. “Era tranquila, nunca dio problemas”, comenta su hermano Álex.

Estefanía Madera estudió en los colegios La Dolorosa y Eloy Alfaro de la capital, y  entre sus metas estaba convertirse en profesional, por lo que inició estudios universitarios a distancia. Para ayudarse con los gastos académicos consiguió trabajo como operadora telefónica en una cooperativa de taxis, cerca de su casa, en La Bota.  

Tenía pocos meses trabajando en el sitio, cuando en alguna ocasión le contó a su hermano Álex que un señor la molestaba en el trabajo. Se trataba del taxista Ronal Iván R.R. Estefanía cumplía turnos rotativos, el 27 de enero de 2010 tenía horario nocturno, de 22:00 a 06:00.

Antes de que iniciara el turno de la mañana del 28, una compañera llamó a su domicilio, porque al llegar no la encontró en su puesto; llamó porque le pareció extraño no encontrarla, pues testigos afirmaron que Estefanía sí fue a laborar la noche anterior. Un día después su cadáver fue hallado envuelto en una cobija, en un terreno en el sector de Zabala, cerca de su casa.

Alrededor del cuello tenía un cable, mostraba huellas de golpes en la cabeza y una quemadura de cigarrillo en el pecho. Las investigaciones se dirigieron a Ronal Iván R.R., pero el hombre desapareció luego del sepelio. Mariana Madera, madre de la joven, regresó de España por la tragedia. “Yo tenía intenciones de regresar, pero no pensé que iba a hacerlo en esta situación”, cuenta.

Para la progenitora, el desarrollo del juicio será un paso más para que el culpable pague por su acción. (I)