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El tribunal décimo de garantías penales de Guayas condenó a 20 años de privación de libertad al joven ‘Lolo’
Tras morir por abstinencia a la 'H', el caso de una víctima de violación obtuvo sentencia
Como dice el refrán, “La justicia tarda, pero llega”, cae como anillo al dedo en la historia de Juan Elías y Carlos Julián, a quienes los unió la droga ‘h’ y luego un juicio por violación. Las páginas procesales registran 2 sentencias, una de inocencia y otra de condena, dictadas después del fallecimiento del menor. Por su actuación en esta causa, un juez del Tribunal Décimo de Garantías Penales de Guayas fue destituido del cargo. La justicia esperada desde 2014 por la familia del extinto Juan Elías, de 13 años, por fin llegó en octubre del año pasado.
Johanna Elizabeth, madre del muchacho, -en una entrevista con este medio- recordó que su hijo le confesó en noviembre de 2013 que consumía drogas y que había caído en ese mundo porque afuera de su escuela, donde cursaba el sexto grado, alguien se las regalaba para luego venderle. Sus hermanos aseguraron que Juan Elías ya consumía estupefacientes desde septiembre de ese mismo año.
‘Zulema’, la tía de Carlos Julián B.P., (‘Lolo’), de 18 años, reveló que su hijo -como ella lo llama- empezó a consumir drogas a fines de septiembre de 2013. Él era un alumno ejemplar, llegó a ganarse el honor de ser escolta del abanderado. Pero las dosis de la ‘H’ eran proveídas dentro del plantel donde estudiaba. El 20 de octubre una dirigente del barrio le comunicó a Zulema que ‘Lolo’ estaba convulsionando en el baño, drogado. Un pariente médico lo atendió y fue en ese instante que decidieron retirarlo del colegio y llevarlo a terapias sicológicas.
Esto no lo ayudó y en noviembre lo ingresaron en un centro de rehabilitación en el cantón Santa Lucía, provincia del Guayas. En diciembre Zulema pensó que ‘Lolo’ estaba recuperado y lo sacó del centro de adictos para que pasaran juntos la Navidad. “En esa época conoció a Juan Elías, quien sufrió una crisis por sobredosis de droga y estaba internado en el Hospital del Niño Francisco de Ycaza Bustamante. Unos amigos le pidieron a ‘Lolo’ que los acompañara a verlo”.
Desde ese momento ambos chicos se juntaron para consumir droga. Carlos Julián perdió su trabajo en la tapicería de las calles Tulcán y 10 de Agosto y se dedicó a vender agua en el sector de las 4 Manzanas, lo mismo hizo Juan Elías, según sus familiares. La adicción empeoró y ‘Lolo’ fue internado en un centro de rehabilitación de Quito, de donde se escapó y volvió a Guayaquil. En agosto de 2013 llegó a casa, en la madrugada. Su tía lo sacó de la calle y nuevamente lo acogió. Silvia, la madre biológica de ‘Lolo’, se lo llevó a su vivienda, en la cooperativa Balerio Estacio. Pero hasta allá lo fue a buscar Juan Elías.
Ultraje y detención
El 4 de junio de 2014, a las 19:00, Juan Elías llegó a su casa, en las calles 13 y Maldonado. Al entrar cayó inconsciente al piso. Su abuela, Italia C.N., con la ayuda de un menor lo lleva hasta un segundo piso, donde trata de reanimarlo y lo asea, porque estaba sucio. Al retirarle la pantaloneta se percató que sangraba en sus partes íntimas. En ese momento llegó su progenitora junto a un hombre, y se preocuparon por el estado del menor. Johanna llama a la Policía y unos minutos después llegan los paramédicos para auxiliar al menor.
Al reaccionar, Juan Elías mencionó a su madre que ‘Lolo’ lo violó, y le pidió que lo meta preso. La mujer presentó la denuncia en la Fiscalía de Guayas, con la que logró ingresar al menor en una casa de salud, y también al día siguiente la detención de ‘Lolo’.
El 11 de junio de 2014 se abrió la indagación previa por el delito de abuso sexual con el fin de iniciar con las diligencias de ley. Tres meses después Juan Elías dejó de existir. El 8 de septiembre de 2014, un paro cardiorrespiratorio, originado supuestamente por el síndrome de abstinencia a la droga conocida como ‘H’, segó su existencia.
El 12 de septiembre de 2014 la fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales, Karen Kinchuela, resolvió iniciar la etapa de instrucción, período en el cual logró recopilar las evidencias suficientes que permitieron determinar la responsabilidad del imputado. El 8 de enero de 2015 se efectuó la audiencia preparatoria de juicio y formulación de cargos, durante la cual la fiscal Kinchuela sustentó su dictamen contra el procesado. El juez Noveno de Garantías Penales dictó auto de llamamiento a juicio en contra de Carlos B.P.
El 15 de mayo de 2015, en la audiencia de juicio, el juez del Tribunal Décimo de Garantías Penales, José Cachindre Tama, resolvió en la resolución oral declarar la inocencia del acusado de violación. El 13 de agosto de 2015 fue destituido del cargo.
El 25 de septiembre de 2015, el juez Manuel Armas Proaño, del mismo tribunal penal, en sentencia por escrito, declaró la culpabilidad de Carlos Julián B.P., de 19 años, en el delito de violación, por el cual lo condenó a 20 años de reclusión mayor especial, que lo cumplirá en el Centro de Privación de Libertad de Personas Adultas en Conflicto con la Ley, Guayaquil No. 1. La defensa del acusado presentó el recurso de apelación a la sentencia, la cual será sustanciada por una sala penal de la Corte.
Diagnóstico post mortem
Entre las conclusiones de la autopsia sicológica practicada al menor, la psicóloga María Miranda se refirió a la vulnerabilidad de las condiciones de marginalidad, esto es la situación de extrema pobreza en la que se encontraba su madre, la situación de migración dado que su padre vivía en España y la figura de abandono que presenta la ausencia de su padre, que lo habrían llevado a esa situación. Sin embargo, la familia de Carlos Julián considera que él también es una víctima de los expendedores de drogas. “Él era un joven extraordinario”, insiste su tía Zulema. (I)