Desde la mañana del lunes, la población de Baños de Agua Santa, ubicado a 40 minutos de Ambato, no sale del  desconcierto y conmoción por el asesinato de dos niñas a manos de su padre.   

Después de alimentarlas y cambiarlas de ropa, Sixto N., de 38 años, apuñaló en el corazón a sus pequeñas hijas Xiomara y Gabriela, de 5 y 9 años respectivamente, motivado por los celos, porque presuntamente su cónyuge tenía una relación amorosa.  

El hecho ocurrió la tarde del domingo en el barrio Juive la Pampa, ubicado en la entrada de la ciudad. La noticia se difundió el lunes, y no hay otro tema del que se hable en el lugar.

El funeral de las niñas se efectuó en Arajuno, cantón de Pastaza, de donde es oriunda la madre. De las investigaciones del caso se encargaron la Dirección Nacional de Muertes Violentas (Dinased) y la Fiscalía.       

Los  vecinos del presunto asesino prefirieron mudarse. Hasta el martes último, Álex (nombre protegido) habitó en el edificio de tres pisos donde sucedió la agresión.

“Es increíble pensar que la persona que a diario saludaba en los pasillos con total calma y una sonrisa, hoy sea acusado de apuñalar a sus hijas. La pareja y las dos menores llegaron al inmueble hace tres meses y desde entonces nunca escuchamos gritos o peleas; solo se oía a las niñas juguetear en la terraza, pues ellos residían en la tercera planta”.

Vicente y su familia también salieron temporalmente del barrio porque el ambiente no es agradable. “Mientras duren las investigaciones, mi esposa, mis tres hijos y yo nos quedaremos en casa de mis padres, pues no es grato habitar cerca de donde se cometió este terrible acto”.

Fernando, que también conocía  a la pareja, indicó que la “esposa de Sixto N. trabajaba en una picantería y su conviviente la celaba, y por esa razón cometió el crimen”.

En las calles del turístico Baños la gente no da crédito a  lo sucedido. Muchos conocían al inculpado pues era común verlo con sus pequeñas pasear y jugar en el parque de Baños.

Rosa L., madre de las infantes asesinadas, recibe asistencia psicológica y médica, pues la imagen de sus hijas muertas en la cama, la atormenta. “Ella está sumida en un estado de negación y ansiedad, así como de desesperación. Hay momentos que se pierde y dice palabras sin sentido, no reconoce a familiares y allegados, y evitamos dejarla sola”, señaló una pariente que prefirió no identificarse.

Pese a la crisis emocional que enfrenta, Rosa relató que luego de su jornada laboral en el restaurante retornó a su casa alrededor de las 22:00. En ese momento vio a sus pequeñas acostadas en la cama, cubiertas con cobijas.

Pensó que estaban dormidas,  se acostó y sintió que una de ellas estaba mojada. Ante la duda de si se había orinado, se levantó y sintió  los cuerpos fríos. En ese momento se dio cuenta que habían sido apuñaladas. Ninguna de las dos tenía otro rasguño o herida.

Los cuerpos fueron trasladados el lunes temprano al Centro Forense de Ambato, donde se determinó que fueron apuñaladas en el corazón con un objeto cortopunzante. A las 15:00 del mismo día los familiares de la madre trasladaron a las niñas hasta Arajuno, donde fueron sepultadas. “Entre todos los conocidos hicimos una colecta a fin de dar cristiana sepultura a las niñas”, dijo Marta, vecina de Juive.

Denis Ocampo, fiscal de Baños, informó que el progenitor se entregó y confesó el crimen voluntariamente, pocas horas después del hecho. El proceso legal contra el padre continúa. (I)