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Familia de médicos espera juzgamiento por el crimen

Rosa quiere saber qué pasó con la bebé que extirparon a su hija antes de matarla

Rosa Bustamante observa un retrato de su hija María José, cuando tenía 14 años. Foto: Cortesía
Rosa Bustamante observa un retrato de su hija María José, cuando tenía 14 años. Foto: Cortesía
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Rosa Bustamante está segura de que una niña estaba en el vientre de su hija María, pese a que los ecos nunca revelaron el género. Lo que todavía la mantiene intrigada es si la criatura sobrevivió o no a la extirpación, cuando iba a cumplir el séptimo mes de gestación.

“Tengo la esperanza de que la hayan sacado viva y entregado a alguien”, dijo. Debido a ello, cuando sea la audiencia de juzgamiento, preguntará a los 3 acusados del asesinato de María sobre el destino de la bebé, no solo para disipar las dudas sobre su existencia, sino para cumplir un juramento, reveló.

“Le prometí a mi hija en la tumba que la reuniría con su nena; si está viva, la llevaré para que la visite, pero si no es así, será para que descanse en paz junto a ella”, expresó.

Para Rosa no hay dudas de que Eduardo M., quien fue novio de María, y los padres de él, quienes son médicos, le sacaron la criatura porque no querían que naciera, según afirmó.

Inicio del noviazgo

La señora contó que cuando su hija tenía 14 años, en 2008, se enamoró de Eduardo, en ese entonces de 17, y que lo conoció por medio de unas amigas del colegio.

A inicios de 2009 le confesó que tenían una relación, algo que a Rosa le costó aceptar, pero un día dio el visto bueno porque prefería vigilarlos de cerca y no andar como espía detrás de ellos. La situación no era sencilla, pues su esposo estaba en Estados Unidos y ella vivía con sus hijos, el mayor se llama José.

Rosa relató que las cosas eran normales, sin embargo, notó que su hija estaba demasiado enamorada y por ello bajó el rendimiento en el colegio, por lo que les llamó la atención. Ambos dijeron que serían más responsables.

Las cosas cambiaron cuando María quedó embarazada. Rosa se enteró en mayo de 2009, cuando entraba al sexto mes. “No se le notaba, pero cuando se hizo visible le hice un examen y lo confirmé”. Y agregó que también descubrió que los padres de Eduardo no querían a su hija.

La mujer admitió que al principio se enfadó por la preñez, pero al ver que María estaba dispuesta a defender al bebé hasta con la vida, lo aceptó y hasta se emocionó. “Yo le sobaba la barriga y le decía que sería una linda nieta”.

Así como cambió su parecer, se modificaron los planes, explicó Rosa, pues el 22 de julio de 2009 su hija iba a cumplir 15 años, y en lugar de celebrar la fiesta rosada pensaba organizar su baby shower. Solo esperaba cobrar el sueldo de junio para comprar lo necesario.

Se dieron la última bendición

Nada de eso se realizó porque María desapareció el 30 de junio, luego de ir al colegio. “Ese día la fui a dejar al expreso, llevé su maleta. Cuando se subió al carro le di la bendición y ella me la dio a mí, era nuestra costumbre, fue lo último que hicimos juntas”, dijo.

La menor salía del colegio a las 11:00 y a las 14:00 debía ir al negocio en el que trabajaba su madre, en el centro de Guayaquil, para almorzar. Pasó el tiempo y nunca cruzó la entrada del establecimiento, como era habitual, desde entonces Rosa sospechó que algo estaba mal.

La madre contó que de inmediato se contactó con Eduardo, pero él no dio respuestas sobre el paradero de María, luego buscó por todas partes, en casa de amigas y hasta en el colegio, pero fue infructuoso.

Seis días de angustia vivió Rosa, el séptimo fue una pesadilla. El 6 de julio le informaron que localizaron un cuerpo con las características de María, pero desmembrado, en la vía a Lomas de Sargentillo (Guayas).

La mujer no creía que los restos eran de su hija, por ello llamó una vez más a Eduardo para que le dijera si sabía dónde estaba y así descartar la noticia sobre una chica que había fallecido -al parecer- el 30 de junio.

Afirma que le mintió

Rosa contó que Eduardo le respondió: “Váyase de ahí, eso es mentira, yo chateé con ella hace 3 días (supuestamente el 3 de julio)”. No obstante, con el reconocimiento del cadáver, tal versión fue desmentida.

“Parece que chateó con una muerta, porque mi hija tenía 6 días de fallecida”, expresó Rosa. Recalcó que por eso está segura de que Eduardo y sus padres la mataron. A eso sumó que amigas de su hija le contaron, días después, que él le quiso dar unas pastillas a ella y cree que eran para provocarle un aborto.

Tito Jaramillo, abogado de Rosa, explicó que el proceso judicial en contra de Eduardo y sus padres César M. y Marianita P. inició en 2009, fueron llamados a juicio en 2012 y capturados en 2014, en su propio domicilio, al que regresaron tras varios años de clandestinidad.

Pese a que la familia negó el hecho en todo momento, Jaramillo explicó que los delata el cartón de la impresora donde dejaron los restos de María, pues la investigación determinó que pertenecía a una computadora que ellos compraron; también están los videos del peaje por el que cruzaron antes de ir a Lomas de Sargentillo, así como versiones de testigos que los vieron dejar abandonada la caja.

Rosa, quien regresó de Estados Unidos para el juicio, manifestó que, “con la ayuda de Dios”, desechó el rencor que sentía hacia los acusados y que dejará que la justicia haga su trabajo. De ellos solo espera que le digan dónde dejaron a la bebé. La audiencia debió realizarse el 8 de septiembre, sin embargo no se efectuó y esperan otra convocatoria.

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