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600 internos rindieron la prueba enes en educación superior
‘Profe’, el mejor puntuado de privados de la libertad
“¿Te arrepientes de haber dejado vivir un extraño en tu casa?”. Roberto Carlos Quintero Gonzabay se queda en silencio 3 segundos, como si nunca hubiera meditado aquella pregunta, pero enseguida, después de un suspiro, movió su rostro de izquierda a derecha y pronunció con firmeza: ¡no!
El guayaquileño, de 43 años, cumple una sentencia de 4 años en el Centro de Rehabilitación Social (CRS) Regional Guayas, en el km 17,5 de la vía a Daule. Él está privado de su libertad más de un año y medio. Sin embargo, estar rodeado de gruesas y grises paredes, rejas, alambres de púas, y pabellones con unas 4.800 personas, no fueron impedimentos para prepararse y obtener la puntuación más alta entre los 600 internos que rindieron la prueba del Examen Nacional de Educación Superior (ENES).
Aunque Roberto se graduó, en 1997, de Ingeniero en Electricidad con especialización en Electrónica y Automatización Industrial en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), quiere iniciar una nueva carrera, Derecho. Su puntaje, de 928 puntos sobre 1.000, lo hizo merecedor de una beca del 100% para estudiar Jurisprudencia en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG). “En mi proceso vi muchas irregularidades y quisiera ayudar a otros internos”, expresa.
Para él es importante demostrarle a sus 3 hijos, menores de edad, que no hay barreras para estudiar y, además, que las personas eliminen los prejuicios de que quienes están en la cárcel no tienen educación, ni cultura.
El privado de la libertad cuenta que fueron nivelados un mes y medio. “Eran 120 preguntas. Lo primero que pensé fue en mi esposa y en mis hijos, luego hice una oración. Estaba confiado de que me iría bien. El examen duró una hora y media”.
El currículum de Quintero es extenso. Cualquiera puede asombrarse de la cantidad de trabajos que ha desempeñado, sobre todo de educador, por eso lo llaman ‘profe’.
Por ejemplo, menciona que fue maestro en 6 establecimientos educativos, trabajó en la Municipalidad de Guayaquil con proyectos relacionados con electricidad. También, fue docente en centros de estudios superiores, como la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) y en donde se graduó como profesional, en la Espol. En una época administró una empresa en Esmeraldas.
Pero se destacó desde adolescente. A los 13 años ganó el segundo lugar en un concurso internacional de matemáticas en Cuba.
Luego de graduarse de ingeniero obtuvo una beca para hacer un postgrado en Bélgica, pero a los pocos días de llegar al país lo atropelló un carro y estuvo hospitalizado 4 meses.
Posteriormente se dirigió a España, porque el frío le afectaba la rodilla izquierda, donde hasta ahora tiene cicatrices. Usó muletas y su recuperación duró un año. De ahí regresó a Ecuador.
Entonces, ¿por qué está preso? Dice que en 2012 conoció al cubano Pedro S.C., quien era pastor en una iglesia por la calle 4 de Noviembre, en el sur de Guayaquil. Manifiesta ser cristiano, pero no sigue ninguna religión. Asistía a los cultos y ahí se enteró que el extranjero además arreglaba celulares en la Bahía.
Una tarde, lo encontró con las maletas listas como si trataba de regresar a su país, pero no fue así. Pedro le dijo que no tenía dinero para pagar el alquiler.
Quintero intentó ayudarlo a conseguir un espacio a menor costo, pero no fue posible, así le permitió que viviera en un cuarto de estudio, en su casa, en la ciudadela Los Ceibos, en el norte de la urbe.
Unos 8 meses transcurrieron normalmente. Pero, el sábado 28 de junio de 2013, Roberto escuchó que tumbaban la puerta de su vivienda, eran policías. No sabía qué pasaba. “Pensé en mis hijos y en mi esposa, que en ese momento tenía 6 meses de embarazo. Una policía fue a verlos a ellos y qué bueno que no vieron nada, estaban en la parte alta del inmueble”.
En el cuarto que iban a adecuar para el nuevo integrante de la familia, los agentes hallaron 11 maletas con 250 kilos de cocaína. Revela que el día anterior Pedro le había dicho que unos compañeros de la Bahía le iban a dejar unos paquetes con celulares para arreglar, pero se descuidó y no preguntó nada. Roberto pasó por la Penitenciaría, donde veía a varios reos drogados.
En diciembre de 2013 fue trasladado al Centro de RehabilitaciónRegional Guayas. Al pabellón de mediana seguridad y un año después, pasó a mínima seguridad.
En el sitio se encontró con su ‘causa’, así se llama a quien es el responsable de la prisión de alguien. “Me enseñó a estar en ese nuevo ambiente, me ayudó. Un día me dijo: “Profe.Ante Dios pido que si entre los 2 eligen a uno que salga primero. Por su familia y sus hijos, que ese sea usted”.
Ahora, Quintero se encuentra en el pabellón de atención prioritaria, una de las áreas donde ya se adecuaron las aulas donde se iniciarán las clases este 18 de mayo. (I)