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¿Por qué no están libres los “Diez de Luluncoto”?
Ocho meses de proceso, el incumplimiento de plazos y pruebas que no muestran el cometimiento de un delito sino lo que supuestamente iban a ejecutar, son los argumentos que mantienen detenidos a nueve de los diez acusados en el caso Sol Rojo. Abogados, activistas y defensores de los derechos humanos señalan: ellos no deben demostrar su inocencia, sino las autoridades su culpabilidad. Y eso todavía no ha ocurrido.
Cerca de la medianoche del 3 de marzo pasado, tras un allanamiento a una vivienda en Luluncoto, en el sur de Quito, la Policía detuvo a 10 personas. La Fiscalía los acusó de presunto sabotaje y terrorismo contra la seguridad interna del Estado.
La defensa indica que la detención se dio a las 16:00 y fueron retenidos en el lugar 7 horas, violentando sus derechos constitucionales. La audiencia de flagrancia se realizó al día siguiente a cargo del juez 22º de Garantías Penales, Juan Pablo Hernández, quien ordenó que los 7 hombres y las 3 mujeres sean trasladados inmediatamente a centros de rehabilitación y, posteriormente, el juez ordenó medidas sustitutivas para Fadua Tapia (18 años), debido a su embarazo.
Según la Fiscalía, ellos pertenecerían al Grupo de Combatientes Populares (GCP), vinculado con la detonación de bombas panfletarias y artefactos explosivos en Quito, Guayaquil y Cuenca.
En los reportes policiales también se incluyen grabaciones de llamadas y registros de mensajes vía celular.
Familiares y allegados de los jóvenes, en el registro de sus versiones, afirman que se encontraban conversando acerca de su aporte y participación en la marcha “Por la Vida y la Dignidad de los pueblos”, realizada el 8 de marzo de este año.
Entre las evidencias halladas por miembros de grupos especiales que participaron en el operativo hay cuadernos universitarios, agendas, CD con música protesta, billetes de baja denominación y celulares. El 1 de junio terminó la instrucción fiscal y el 7 de julio se dio la audiencia preparatoria a juicio.
Ciro Guzmán, abogado de cuatro jóvenes y presidente del MPD en Pichincha, cuestiona que todos los recursos presentados (apelación al auto de prisión preventiva; medidas sustitutivas; solicitudes de amparo, de libertad; y hábeas corpus) fueron negados por los jueces encargados.
También señala que hay lentitud en el proceso y que no se ha entregado la información requerida a la Fiscalía, con la cual se declararía nulo todo lo actuado. El abogado indica que al momento de la detención no se exhibió una orden judicial y que en el operativo todos fueron obligados a permanecer arrodillados durante horas. Posteriormente, se presentó una orden judicial, pero Guzmán afirma que el documento no pertenecía a un juez competente de acuerdo a su jurisdicción, puesto que la orden fue emitida desde la administración de Carapungo, al norte de Quito, cuando la detención se efectuó en un barrio del sur de la urbe.
El juicio está previsto para el próximo 10 de diciembre, fecha que coincide con el Día Internacional de los Derechos Humanos. Los jóvenes permanecen detenidos en la cárcel Nº 3 de Quito, mientras las mujeres están recluidas en El Inca.