Los cinco jóvenes detenidos para investigaciones por el asesinato de Karina Del Pozo ocurrido el pasado 20 de febrero, rindieron ayer su testimonio urgente en el Juzgado XI de Garantías Penales de Pichincha.

Según los abogados de la defensa, la diligencia se adelantó para las 08:30 de ayer debido a las amenazas de muerte que los jóvenes habrían recibido dentro del Centro de Detención Provincial (CDP).

Edgar Ortiz, defensor de Geovanny P., dijo que el joven sufrió varios intentos de agresión por parte de otros internos. “El caporal del pabellón ha tenido que defenderlo constantemente”, anotó.

Nicolás L. fue el primero en ser trasladado hasta el Juzgado ubicado en el sector de Carapungo, al norte de Quito, a las 08:30. Después llegó su exnovia Cecilia R., la única mujer que está siendo investigada en este caso.

A las 11:00 ingresó Manuel S. a la sala destinada para la diligencia, en donde se conoció que el joven cambió de abogado, por lo que en un primer momento se acogió al derecho al silencio; pero después se le asignó un defensor público para que  pueda rendir su testimonio.

A las 13:00 y en un mismo patrullero llegaron Geovanny P. y José S., pero  ingresaron por una puerta trasera esposados el uno al otro.

Según el fiscal Vicente Reinoso, la noche del 11 de marzo pasado, durante la reconstrucción de los hechos que buscaba determinar cómo se produjo la muerte de la joven, miembros de Criminalística habrían encontrado varias botellas de licor, las mismas que ingresarán al laboratorio para establecer si alguna tiene huellas digitales o muestras de ADN de los detenidos.

La búsqueda de las botellas surgió porque en su  versión ampliada Manuel S. dijo que  luego del crimen los jóvenes se habrían lavado las manos con licor. Ayer, en cambio, agregó otros detalles y sostuvo que Geovanny le habría roto el cuello a Karina Del Pozo. “Yo solo escuché un sonido, luego le golpeó con una piedra, me dio ganas de vomitar, pero José S. me dijo que no vomite porque eso sería dejar evidencia”, declaró.

Por su parte Geovanny P. volvió a declarar que no recordaba nada de lo ocurrido luego de que salieron del departamento de Juan Pablo Vaca en la calle Granda Centeno y que lo despertaron para que se baje de la camioneta  cuando llegaron a su casa. José S, en cambio, se acogió al derecho al silencio y antes de las 17:00 los jóvenes volvieron al CDP.

Según la versión libre y voluntaria de Alejandra Ojeda, rendida el 23 de febrero pasado -4 días después de la desaparición de Karina-, ella sería la  “mejor amiga” de la joven asesinada desde hace ocho años y aseguró que conocieron a José y Geovanny en discotecas. “Vacilé por dos ocasiones con José, pero la gente me decía que él vendía droga, que tenía fama de drogar a las chicas, robarles y violarles”, atestiguó, tras admitir que las dos consumían droga.

Según la versión de Nicolás L., la amiga de Karina le llamó para decirle que debía avisarle algo importante, pero finalmente nunca lograron conversar; pero ella habría sido la primera en advertir la desaparición de Karina. La joven también declaró que Juan Pablo Vaca pretendía a Karina: “le escribía y le mandaba flores”.