Los asesinos en serie tienen un comportamiento psicopático (un trastorno antisocial de la personalidad en el que el sujeto no puede empatizar ni sentir remordimiento), lo cual es resultado de daños recibidos. De ahí deriva una verdad irrefutable: lo único que hace mal al hombre es el maltrato.

Si uno investiga en el pasado, se confirma que este tipo de personas ha sido maltratada, esa es la génesis del asunto. De ahí que cuando una persona entra a un modelo psicopático ya no tiene cómo parar. Por eso es que la sociedad se encarga de recluirlos en una cárcel. Hay muchas personas con un comportamiento psicopático que no alcanzan a cometer cosas así (asesinatos en serie).

Aunque no llegan a matar, hacen mucho daño a su entorno, solo quieren hacer valer su opinión, no sienten remordimiento por nada, pasan por encima de todo el mundo sin que el resto les importe. Eso es porque  tienen un tremendo resentimiento hacia los demás.

Cuando un sujeto con un modelo de conducta psicopático mata a una persona, siente gran placer (excitación, poder, entre otros estímulos), pero son sensaciones aberrantes de seudoplacer. Esta es una forma en la que  saldan cuentas con su irracionalidad, así se desquitan de la sociedad que, según ellos, les debe mucho por el maltrato recibido en alguna etapa de sus vidas.

Cuando yo estaba en la universidad, a nosotros nos llevaban a la Penitenciaría del Litoral para que conversemos con personas que habían asesinado a alguien y podamos ver sus comportamientos.

El problema de todos era el maltrato que habían recibido en alguna etapa de sus vidas. Muchos no tenían remordimiento, lo que demuestra su comportamiento psicopático.