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Los testimonios de hermanos Uribe Noguera tienen inconsistencias

Los colombianos indignados piden la máxima pena para el homicida de la niña Yuliana Samboní.
Los colombianos indignados piden la máxima pena para el homicida de la niña Yuliana Samboní.
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La investigación del crimen de la niña Yuliana Samboní, ocurrido hace 20 días en Bogotá, apuntaba la semana pasada a determinar el papel de los hermanos del asesino, Rafael Uribe Noguera, en presuntas acciones de encubrimiento del culpable en las horas que siguieron a la muerte de la menor.

Los hermanos de Rafael -Francisco y Catalina Uribe Noguera, cuya poderosa familia tiene vínculos con las más altas esferas del poder político y económico en Colombia- descartaron en su declaración ante la Fiscalía, hace dos semanas, haber alterado la escena del crimen o haber obstruido la investigación de la Policía el día del homicidio de Yuliana.

Según los hermanos, la tarde del domingo 4 de diciembre ellos ni siquiera sabían que Rafael había violado y estrangulado a la humilde niña de 7 años, a quien esa mañana secuestró en un barrio marginal de Bogotá.

Francisco Uribe Noguera, abogado corporativo que es socio de Brigard & Urrutia, uno de los principales despachos jurídicos de Colombia, sostuvo en su declaración ante la Fiscalía que él se enteró de que Yuliana había sido asesinada por su hermano Rafael la noche del domingo 4, cuando se lo confesó en un taxi en el que lo llevaba a la clínica psiquiátrica Montserrat para internarlo.

De acuerdo con su testimonio, durante el tiempo que estuvo con su hermana Catalina en el apartamento de Rafael, esa tarde -aproximadamente entre las 16:00 y las 18:00-, ninguno de los dos sabía que había asesinado a la niña.

En busca de taxista

Para corroborar esa versión, la Fiscalía intenta localizar al taxista que habría llevado a Francisco y a Rafael Uribe Noguera a la clínica Montserrat, después de las 18:00 de ese día, a fin de que el chofer indique si, en efecto, el conocido abogado de grandes empresas se enteró en ese taxi del homicidio de Yuliana.

La búsqueda del conductor se ha complicado porque en las últimas horas la Fiscalía ha recibido 12 llamadas de taxistas que afirman que transportaron el domingo 4 por la tarde a personas con las características de los hermanos Uribe Noguera.

Incluso uno de ellos se presentó a declarar el jueves en la institución judicial.

La vicefiscal general María Paulina Riveros señaló que la declaración del taxista que transportó a los hermanos a la clínica Monserrat “es necesaria en el avance del proceso, para conocer con certeza la realidad de los hechos”.

Juicio será en enero

Rafael Uribe Noguera, un arquitecto y ejecutivo de la empresa familiar Lascaux Construcciones, ya confesó que fue el autor del secuestro, violación y homicidio de Yuliana; el juicio en su contra iniciará el próximo 11 de enero. La Fiscalía solicitará una pena de 60 años de cárcel, que es la máxima en Colombia.

Aunque el crimen de la niña, cuya familia llegó hace cuatro años a Bogotá desplazada por la violencia en el suroccidental departamento del Cauca,  está judicialmente esclarecido, falta por determinar en la investigación la eventual responsabilidad de terceros.

Por ejemplo, un día después del asesinato, el fiscal general Néstor Humberto Martínez aseguró que la escena del crimen fue manipulada.

Y los únicos que, según las evidencias recopiladas hasta ahora, estuvieron en el apartamento de Rafael en las horas siguientes al homicidio fueron sus hermanos Francisco y Catalina.

Aunque Francisco declaró que cuando ellos estaban en el inmueble Rafael les dijo que sí había secuestrado a Yuliana, pero que la niña se había bajado de su vehículo en una calle cercana a donde ocurrió el plagio, también dijo que un abogado que consultó le manifestó que “no tocara nada” en el apartamento.

Los cabos sueltos del caso

Muchos periodistas y usuarios de las redes sociales se preguntan por qué un abogado habría de recomendarle a Francisco que no tocara nada si, supuestamente, ni él ni su hermana Catalina sabían que había un cadáver allí y que, por tanto, ese lugar era la escena de un crimen.

Otro hecho que suscita sospechas por parte de amplios sectores de la sociedad colombiana es por qué Francisco omitió decir a la Policía, cuando esta lo contactó después del mediodía del domingo 4, que su hermano Rafael tenía no solo el apartamento donde vivía, sino otro que estaba vacío y en renta, y el cual había utilizado para parrandear. En ese fue donde ocurrió el crimen.

Además, de acuerdo con fuentes judiciales consultadas por EL TELÉGRAFO, Francisco pasó alrededor de dos horas, la tarde del domingo, sin contestar a los insistentes llamados de la Policía a su celular, a pesar de que ya había hablado con los investigadores de lo que hasta esos momentos era el secuestro de Yuliana y había acordado estar en contacto permanente con ellos.

Según su propia versión, fue hasta la noche del domingo 4, cuando supuestamente Rafael le confesó a bordo de un taxi que había asesinado a Yuliana, que se volvió a comunicar con la Policía para decirle lo que había ocurrido.

Colombia está indignada por el crimen atroz de una niña pobre a manos de un hombre poderoso, y teme que los hermanos de Rafael utilicen sus conexiones de alto nivel para impedir que la justicie actúe con rigor y sin dejar abiertos resquicios de impunidad. (I)

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