“¡Son pocos los sobrevivientes de los enemigos!”, se escucha por un altoparlante, mientras un humo claro aún se levanta desde los cerros donde se simuló un conflicto bélico para verificar el grado de operatividad de los sistemas de armas del Ejército Nacional del Ecuador.

1.200 hombres fueron distribuidos en tierra, aire y agua para exhibir las tácticas que se aplican en diferentes frentes. El escenario fue el polígono de Engabao, cerca de la playa, en el cantón General Villamil Playas (Guayas). Un lugar rodeado de cerros y plantas secas.

El ejercicio de tácticas de tiro de armas combinadas duró aproximadamente 3 horas, bajo un sol que calentaba la tierra a más de 37 grados. El movimiento de las tanquetas, del lanzapuentes y otros vehículos para la guerra levantaba gran cantidad de arena.

Tras la declaración de la victoria los saltadores libres descendieron con banderas, entre ellos la de Ecuador.

El símbolo patrio lo llevaba Bolívar Vega, quien tiene 9 años de experiencia. Revela que la función de los saltadores solo se cumple en las madrugadas para evitar ser vistos y que su misión está en la retaguardia del enemigo para sabotear sus recursos.

“Los soldados de fuerzas especiales estamos entrenados para este tipo de misiones. Hasta el momento solo lo hemos hecho como ejercicios, pero con tiro real. Las condiciones que pueden impedir un salto son las climáticas; por ejemplo, si todo está nublado, si no se tiene visibilidad y la capa de nubes está baja”.

Vega agregó que la particularidad del equipo que usan es que les permite desplazarse largas distancias. Además que llevan un altímetro y un sistema de posicionamiento global.

“El miedo siempre está presente, pero lo vencemos. Mi esposa y mis 2 hijas son mi motivación”.

Luis Altamirano, comandante general de la Tercera División del Ejército, informó que los ejercicios se realizaron para mantener la capacidad operativa tanto del personal como de los equipos. (I)