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Los futuros guías penitenciarios empezarán prácticas en las cárceles
Evelyn Quevedo es una de las 165 mujeres que se preparan en el Centro de Formación Penitenciaria del cantón Pasaje, en la provincia de El Oro, para brindar seguridad dentro de los centros de rehabilitación social (CRS) de Ecuador. El número de féminas -aunque no por una gran diferencia- es mayor al de los hombres: 157.
Los estudiantes que empezaron la carrera en junio de 2015 iniciarán la fase práctica dentro de las cárceles el 1 de mayo de este año.
La joven, de 20 años, asegura no tener miedo de rodearse de personas que cometieron delitos. “Se han equivocado, pero no dejan de ser personas, siguen teniendo derechos. Igual hay que ser precavidas y no comprometerse con nadie. Estuve dentro del CRS de Machala y aunque primero sí me sentí nerviosa porque pensé que no me respetarían por ser mujer, no fue así”.
Evelyn precisa que lo más difícil fue estar en un régimen internado, pues extrañó a su familia, las comodidades de su casa. “Mi meta es llegar a ser directora de algún centro”.
María Moreno, su madre, expresa: “Uno se pone feliz al ver a los hijos cumplir sus sueños. Como en todo trabajo, hay riesgos y, por eso, hay que pedir a Dios que la cuide a ella y a todos sus compañeros que van a trabajar a las cárceles”.
Junto a Evelyn está Analy, de 22 años. Ella cuenta que antes estudiaba periodismo, pero luego se decidió por la seguridad penitenciaria. Asegura que lo más enriquecedor durante este tiempo ha sido conversar con una persona privada de la libertad. “Me contó por qué había caído, qué pasó en su vida para involucrarse en delitos y eso me sorprendió mucho, fue un diálogo con respeto. Algo cambió en mi mente, pues las personas solo los tildan como delincuentes; es verdad que cometieron errores, pero no podemos condenarlos, porque ya son juzgados en los tribunales”.
La joven se detiene a pensar qué ha sido lo más complicado y, entre risas, dice que los ejercicios. También rememora la primera vez que tuvo entre sus manos un arma, aquella detonación no la olvidará.
Lisbeth tiene 22 años y es madre de un niño de 8. Expresa que estar lejos de él es lo más duro. “Pero “por él estoy aquí, quiero darle una mejor vida”. Cuando recién empezó estaba insegura de continuar, pensó en abandonar el estudio. “Poco a poco uno le coge amor a la carrera. Hemos aprendido de derechos humanos, defensa personal, tácticas de seguridad, cómo reaccionar en emergencias”.
Evelyn, Analy y Lisbeth quieren trabajar en los centros donde se aplica completamente el nuevo modelo de gestión, con áreas diferentes para mínima, mediana y máxima seguridad. Donde hay edificaciones exclusivas para los estudios, el arte y talleres de rehabilitación.
Ledy Zúñiga, ministra de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, explica que el 28 de abril los aspirantes terminarán la capacitación en el área académica y realizarán sus prácticas un mes. “Es decir que a finales de mayo graduaremos la primera promoción en técnicos de seguridad penitenciaria. De acuerdo con las necesidades institucionales serán asignados. La población más numerosa se concentra en los centros regionales por lo que la mayoría sería asignada a estos”.
La funcionaria añade que está en curso un nuevo proceso de selección de aspirantes; ahora deben pasar las pruebas psicológicas. Más de 5.000 personas están postuladas y hay cupo para 700.
“En Ecuador, por la falta de formación, somos apoyados por la Policía Nacional. Hay cerca de 3.000 funcionarios trabajando en seguridad penitenciaria, poco a poco supliremos ese número para tener agentes capacitados exclusivamente para este tipo de trabajo”. (I)