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La corriente complica búsqueda de 2 menores
Susana Luna lleva más de 24 horas sin dormir y tampoco quiere comer. Ella es madre de uno de los dos menores de edad que desaparecieron y, presuntamente, se ahogaron en el trasvase Daule-Santa Elena, a la altura del sector Tres Bocas, en la cooperativa Voluntad de Dios, en el noroeste de Guayaquil.
La mujer cuenta que la última vez que vio a su hijo Josué fue al mediodía del jueves cuando, como de costumbre, fue a dejarlo al colegio situado en la mencionada zona, a unos 15 minutos caminando desde su casa en la cooperativa Sergio Toral.
Según se enteró, el niño, de 12 años, y otros dos compañeros de octavo año de educación básica salieron de la escuela, a las 13:00, aprovechando una reunión de profesores y fueron a bañarse al ‘canal de la muerte’ que se encuentra a unos 400 metros de distancia. “Nunca he estado por aquí y me sorprende que él se haya arriesgado a entrar porque no sabe nadar”.
“Ella es madre soltera y muy preocupada por sus dos hijos. Todos los días los va a dejar y a ver al colegio”, señala una hermana de Susana.
Mariuxi Rivas, amiga y progenitora de otro compañero del curso de Josué, confirma que “es un niño tranquilo, pero a lo mejor se dejó convencer por otros amigos”.
Los uniformes, prendas interiores y zapatos se hallaron al borde de la zanja. Otros chicos entregaron a los familiares útiles que encontraron en otros lados.
El sector es una invasión de calles sin pavimentar y con casas dispersas, la mayoría es de caña. “Dicen que Josué se estaba ahogando y el otro muchacho, que se llama Carlitos, quiso rescatarlo”, contó una de las más de 30 personas que caminan por una calle angosta de tierra junto al canal, siguiendo el bote en que iban los rescatistas.
Carlos Moreira, padre de la otra víctima, no vivía con su vástago, pero presume que no sabía nadar. “Veo difícil que los encuentren, pero hay que seguir”, expresa el hombre que prefiere no hablar más del tema.
Darwin Caña, habitante del sector y padre de otro amigo de los desaparecidos, pide que implementen más seguridades en la escuela, pues hay una pared por donde los estudiantes se salen. “Mi hijo me dijo que cuando tomaron la lista en el curso solo faltaban los dos niños: Carlos y Josué”.
Buzos participaron en el rescate
La corriente es bastante fuerte, en ciertos tramos del canal la profundidad sobrepasa los 4 metros. Los agentes del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Policía Nacional buscan a las víctimas desde la tarde del jueves (excepto en la madrugada), pero hasta las 14:30 de ayer no había resultados positivos.
“La labor -en la que intervienen 2 buzos- es muy complicada por la corriente que llega a 60 o 70 nudos de velocidad”, detalla Gabriel Sánchez, luego de bucear aproximadamente tres kilómetros y medio.
El trabajo se detuvo momentáneamente antes de llegar a un túnel de 7 kilómetros que desemboca en la parroquia Chongón, cerca de la vía Guayaquil-Salinas, donde otros rescatistas también buscan a las víctimas. Hasta el cierre de esta edición continuaba el operativo. (I)