Publicidad
Jóvenes utilizaron buena apariencia para delinquir
Martha y Efraín no permitirán más que un desconocido ingrese a su vivienda, en Sauces 2, luego de lo que les ocurrió el 19 de julio. Eran las 15:30 cuando un joven de buena apariencia llegó para cerrar un negocio, pero finalmente los asaltó.
La pareja puso a la venta una consola de videojuegos y la promocionó por internet. Entre varios interesados decidieron concretar con un muchacho que contactaron por teléfono.
El comprador, identificado como Harold I. (19 años), llegó muy bien vestido, con ropa de marca y en su vehículo BMW, color azul. Estaba acompañado de dos hombres más; uno de ellos Byron A. (27), supuesto primo que iba a constatar el buen estado del Play Station, y el otro solo esperó en el carro.
La pareja estaba confiada, los jóvenes mostraron la cantidad de dinero que cancelarían por el artefacto y cuando se lo iban a entregar el dueño del BMW sacó un arma y los amedrentó. Luego los amarraron y los dejaron inmóviles en el suelo. En la casa también estaba una mujer de la tercera edad y fue agredida.
Según consta en la denuncia asentada en la Fiscalía del Guayas, los tipos se sustrajeron un televisor, 8 relojes, 2 computadoras, 1 tablet, dinero, celulares y el Play Station.
René Astudillo, fiscal séptimo de la Unidad de Patrimonio Ciudadano, encargado de la investigación, confirmó que el automóvil estaba a nombre de Harold I., y que fue un regalo de graduación de sus padres quienes, a decir del funcionario, son personas de buena posición económica gracias a sus negocios.
Teoría de “cuello blanco”
El libro “Criminología. Una introducción a sus fundamentos teóricos”, de Antonio García Pablos de Molina, se refiere a quienes tienen este comportamiento como “ladrones de cuello blanco”, basado en la teoría del estadounidense Edwin Sutherland (falleció en 1950).
Para Sutherland, doctor en Sociología y expresidente de la American Sociological Association, la conducta desviada no puede imputarse a disfunciones o inadaptación de los individuos de la clase baja, sino al aprendizaje efectivo de los valores criminales, hecho que podría suceder en cualquier cultura.
El crimen, según Sutherland, no se hereda, se imita o se inventa; tampoco es algo fortuito o irracional; pero sí se aprende. “La capacidad o destreza y la motivación, necesarias para el delito, se adquieren a través del contacto con valores, actitudes, definiciones y pautas de conductas criminales en la interacción del individuo con sus semejantes”, consta en los documentos.
Juan Montenegro Clavijo, psiquiatra y perito en Criminología, coincidió en que a estos jóvenes se los puede incluir dentro de la teoría de “cuello blanco”, ya que utilizan su buena presencia o su aparente holgada posición económica para infringir la ley. “Ellos buscan ser agradables y darse una vida en la que puedan frecuentar restaurantes, discotecas, sitios de diversión donde consumen alcohol y droga, comprar teléfonos y tecnología de última generación, ropa de marca y sus padres no siempre van a acceder a complacerlos”, dijo.
El especialista mencionó que indudablemente hay un trastorno psicosocial, ya que conscientemente van en contra de las normas establecidas. Al contrario de los cleptómanos, que involuntariamente toman objetos pequeños y después al percatarse de lo que hicieron tienden a resarcir el daño.
El abogado Julio César Cueva manifestó que comportamientos como estos surgen porque el individuo desea mantener un nivel de vida al que se acostumbró, es decir, tener dinero disponible, un buen carro, comer en sitios costosos, o en otros casos para satisfacer sus necesidades ocultas (consumo de drogas y alcohol).
Sobre la teoría del “cuello blanco”, opinó que en ocasiones van más allá del simple robo, pues a esto se suman estafa, desfalco (apropiación indebida de bienes) o peculado (cuando se trata de dinero público).
Cueva aclaró que cuando se trata de robo agravado (con armas y agresiones), ante la Corte no interesa la cantidad de dinero u objeto sustraído, sino la acción cometida.
La detención
Harold fue capturado cuando intentó escapar y casi atropella a un morador de Sauces 2, que se salvó de la embestida y memorizó las placas y otras características del automóvil para buscar al conductor y recriminarle la imprudencia, pero luego se enteró de que en el vehículo huían los tipos que minutos antes habían robado a sus vecinos.
El fiscal Astudillo mencionó que localizaron a Harold y este colaboró con la Policía para encontrar al otro sospechoso. En una de las casas allanadas encontraron varios objetos, entre ellos el Play Station. “Andan bien vestidos, aparentan ser personas de buena fe. Luego de su captura, al menos aquí, golpearon la puerta más de 10 personas perjudicadas bajo la misma modalidad. No puedo precisar cuántas son ahora, porque esas son investigadas por otro fiscal”, dijo Astudillo.
Harold no registra antecedentes delictivos, pero sí su acompañante, quien ya había sido detenido antes por robo. La tercera persona está prófuga.
Los dos jóvenes fueron procesados en audiencia de formulación de cargos por el delito de robo, tipificado en los siguientes artículos del Código Penal vigente: Art. 550.- El que, mediante violencias o amenazas contra las personas o fuerza en las cosas, sustrajere fraudulentamente una cosa ajena, con ánimo de apropiarse, es culpado de robo, sea que la violencia tenga lugar antes del acto para facilitarlo, en el momento de cometerlo, o después de cometido para procurar su impunidad; y Art. 551.- El robo será reprimido con prisión de uno a cinco años y con reclusión menor de tres a seis años en los casos en que se perpetre con violencia contra las personas, tomando en consideración el valor de las cosas robadas.
Astudillo explicó que el delito está sancionado en el numeral dos del Art. 552: El máximo de la pena establecida en el artículo anterior, se aplicará al responsable si concurre alguna de las siguientes circunstancias: 2º: Si el robo se ha ejecutado con armas, o por la noche, o en despoblado, o en pandilla, o en caminos o vías públicas.
Sin embargo, este no sería el único proceso en contra de los jóvenes. En la Fiscalía Cuarta de la Unidad de Garantías y Personas se los indaga por presunto asesinato.
DATOS
El sociólogo Edwin Sutherlandcreó la teoría del ladrón de “cuello blanco”. Para él “La capacidad o destreza y la motivación necesarias para el delito se adquieren con el contacto del individuo con sus semejantes”.
El psiquiatra Juan Montenegroindicó que los casos de jóvenes de buena posición económica se apegan a ese criterio, ya que aprovechan su condición para infringir la ley.
El abogado Julio César Cuevaexplicó que el delito de robo agravado se sanciona por la acción y no por el valor de lo sustraído.