No hay crimen perfecto. En abril de 2010, en la parroquia San Isidro del cantón Macas, provincia de Morona Santiago, se cometió un crimen horrendo planificado por Luis S., quien llevó a su mujer a ese sitio apartado, donde la mató, descuartizó, incineró y la enterró. Un mes después fueron hallados sus restos.

La Fiscalía comprobó que el imputado utilizó su taxi para trasladar a su cónyuge hasta la escena del crimen.

Además, uno de los hijos de la pareja informó que su progenitor maltrataba a su madre e identificó una caneca que habría sido encontrada junto a sus restos y una factura de compra de gasolina realizada en Macas.

El viernes último, el Tribunal Penal de Morona Santiago sentenció a 20 años de reclusión mayor a Luis S. por el delito de parricidio (muerte a un pariente), que está tipificado en el art. 452 del Código Penal. (I)