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Fiscales exigen mayor cuidado en escenas de crimen
En julio de 2012 cuatro empleados del restaurante “Los Arrieros”, en Quito, fueron procesados por la Fiscalía por haber, supuestamente, alterado la escena del crimen del exboxeador Jaime “La Bestia” Quiñónez, infracción tipificada en el artículo 296 del Código Penal.
Según el proceso, los individuos habrían tomado el cuerpo de Quiñónez para arrojarlo a la calle, limpiar la escena del crimen y continuar atendiendo en el restaurante, alterando significativamente las evidencias. Cuando llegó la Policía, el cadáver yacía en la vereda.
Un caso similar se produjo recientemente en Salitre, provincia de Guayas, cuando la Policía informó que el sitio en el que fueron hallados los cuerpos de 5 miembros de una misma familia fue “contaminado” por la presencia de unas 60 personas que acudieron hasta la vivienda en donde se encontraban las víctimas.
DATOS
Art. 296 del Código Penal.- Todo aquel que en el decurso de un procedimiento civil o administrativo, o antes de un procedimiento penal, o durante él, a fin de inducir a engaño al juez cambie artificialmente el estado de las cosas, lugares o personas, y si el hecho no constituye otra infracción penada más gravemente por este Código, será reprimido con prisión de 6 meses a 2 años y multa de 8 a 31 dólares de los Estados Unidos de Norte América.
La escena del crimen se convierte en el “testigo mudo” de un suceso considerado delictuoso. Es vital mantenerlo intacto para que su registro conduzca a la positiva identificación del o los autores del hecho.
La entidad señaló que la gente movió los cadáveres “en actitud incomprensible e irresponsable”, pudiendo afectar las inspecciones que realizaron los peritos. El ingreso de los curiosos a la vivienda se produjo minutos antes de que personal policial llegara al sitio, tras percatarse de la aglomeración de personas. Cuando se encuentra un cadáver, a veces no se conoce quién es, en qué circunstancias murió o sus autores.
Esos hechos son investigados y esclarecidos por las autoridades (Fiscalía y Policía Judicial), quienes se encargan de recolectar pruebas para, dentro de un proceso penal, determinar sus móviles, particularidades, culpables y demás aspectos.
Cuando se registra un crimen comienza el trabajo de esas instituciones, que siguen un sistema estipulado en el Código de Procedimiento Penal, indica el fiscal Demóstenes Díaz, de la Unidad de Delitos Contra las Personas.
Al descubrirse un cadáver concurren al lugar agentes de la Brigada de Homicidios de la Policía Judicial y el fiscal de turno, quienes identifican a la víctima (si es posible), realizan el levantamiento y la trasladan hasta la morgue.
Los cuerpos que son sometidos a estudios forenses son aquellos que han tenido una muerte violenta, es decir, con arma de fuego, blanca, asfixia por ahorcadura, ahogamiento o por muerte súbita, dice el fiscal.
Juan Montenegro, exjefe del Departamento de Medicina Legal de la Policía en Guayaquil, indica que también se practica la necropsia a los casos en que existen dudas de cómo ocurrió el deceso.
El médico revela que en ocasiones hay reacciones negativas de los deudos, pese a que la ley obliga a que la necropsia debe realizarse abriendo las 3 cavidades en el cuerpo humano, esto es cráneo, tórax y abdomen, e informar lo que se encuentra.
A esto se suman los datos de filiación (lugar, vestimenta), descripción, examen interno y conclusiones; las causas, objeto y hora probable en que se produjo el deceso. Ese informe (protocolo de autopsia) se lo envía al fiscal que investiga el caso y sigue el proceso.
Las personas deben evitar tomar objetos o mover los cuerpos cuando estén en una escena del crimen...Montenegro explica que, básicamente, lo que puede revelar un cadáver se divide en dos partes: piel para adentro (Medicina Legal) y piel para afuera (Criminalística). “Se han suscitado casos en que se ha pretendido engañar a las autoridades y hacer parecer como otras las causas de la muerte. Por ejemplo, un sujeto que tenía un trauma craneal por un ataque y después de muerto lo colgaron con una soga de una viga en su casa, haciéndolo parecer como un suicidio”, cuenta.
Agrega que por medio de la necropsia se determinó que se trató de un homicidio, ya que las lesiones que dejó la primera agresión contenían características vitales, no así las de después de muerto (ahorcamiento). Si el cuerpo hubiese sido movido o manipulada la escena del crimen, la solución habría sido difícil.
Carlos Alulema, jefe de la Policía Judicial de Guayas (PJ-G), afirma que la inclusión de un laboratorio de ADN forense por parte de la Fiscalía General del Estado ha permitido que muchos crímenes no queden en la impunidad. Relata casos como el de una mujer que en el momento de pelear con su verdugo lo rasguñó y luego fue disparada y asesinada.
Se tomaron los rastros dactilares de las uñas de la mujer, pero éstos quedaron almacenados por años en calidad de “casos fríos”, hasta que se pudiera seguir investigando con una mejor tecnología, como la que actualmente provee el completo laboratorio que funciona, desde mayo de 2010, en la capital. “Ese laboratorio sirve para identificar el perfil genético y compararlo con otros conocidos. En un corto plazo se formarán archivos computarizados de perfiles”, indica.
La inspección ocular técnica en la escena del crimen está a cargo del Departamento de Criminalística, integrado por un oficial y 4 técnicos.
Alulema señala que la mayoría de casos de muertes violentas ocurren por la noche, en las madrugadas y en zonas periféricas de las urbes, donde muchas veces se presentan como consecuencia de riñas y disturbios.
Uno de esos crímenes se registró en Manta, Manabí, el pasado 11 de agosto, cuando el futbolista Freddy Castillo Cervantes fue asesinado de un disparo en el pecho, y así como en los casos anteriores se habría adulterado la escena del crimen, por lo que la Fiscalía formuló cargos contra el propietario del bar clandestino en el que se dio el hecho.
El arma de fuego es pieza fundamental en la escena del crimen, en caso de que exista, puesto que una vez que se la detecta se constata si está o no cargada. Se rotula el cartucho de la recámara del arma y se verifica que esté fuera de peligro para su portador.
Los peritos de inspección ocular realizan lo que se denomina una “noticia técnica”, que consiste en un resumen de lo que ha sucedido en el lugar de los hechos y se la envía a la Fiscalía. Luego se remite el informe completo de la inspección ocular técnica que contiene planos, fotografías, pericias balísticas y de identidad humana.
Los delitos contra la propiedad (robos y estruches), accidentes aéreos e incendios también son competencia de esta unidad técnica.
BASES PARA LA INSPECCIÓN OCULAR TÉCNICA
El procedimiento técnico se realiza en 4 partes, explica Carlos Alulema, jefe de la Policía Judicial del Guayas.
1.- Protección del lugar de los hechos. Cuando se registra un crimen, los primeros en llegar no son precisamente los elementos de Criminalística, sino los policías de Servicio Urbano o Comunitario. Ellos se encargan de resguardar la escena del crimen para evitar que se contamine, colocando las cintas plásticas de protección.
2.- Búsqueda y fijación de indicios en la escena. Los peritos buscan minuciosamente evidencias. El método que apliquen depende de la topografía (terreno) y el ambiente en que se halle a la víctima. En un área abierta se emplea el método de franjas, que consiste en verificar detalles en espacios de un metro de longitud, partiendo del lugar en que se encuentre el cuerpo. En lugares cerrados se denomina “por franjas cúbicas”, donde se registra no solo el suelo sino también las paredes, techos y esquinas. Una vez detectados los indicios, los técnicos los fijan a través de fotografías, planos o croquis.
3.- Levantamiento de indicios. Con guantes y pinzas se recogen algunos elementos. Se determinan huellas dactilares impregnadas en diferentes objetos, cuyo tratamiento es prolijo por parte de la Sección de Identidad Física Humana.
4.- Por último, se realiza el embalaje, almacenamiento y traslado de las evidencias a la Unidad, en donde se clasifican los indicios dependiendo de su naturaleza. Por ejemplo, una prenda de vestir ensangrentada no se la podría colocar dentro de una funda plástica porque se dañaría. Lo que los peritos realizan es colocarla en una funda de papel especial, aireada y luego ponerla en un lugar cerrado hasta que se seque completamente.
PERITAJES LOGRAN IDENTIFICAR A POSIBLE PARRICIDA
La importancia de la indagación pericial se demostró el martes anterior, cuando la Policía Judicial de Pichincha detuvo a Daniel A.A., acusado de asesinar a su hermano con 24 puñaladas, hecho ocurrido en el Balcón del Valle, sector Tumbaco, a 20 minutos de Quito.
Los investigadores de la Brigada de Homicidios realizaron el estudio de perfiles del posible victimario, del entorno familiar y social del occiso, y efectuaron los informes técnicos respectivos basados en la inspección ocular, en la prueba de luminol (elemento que se utiliza en química forense para detectar trazas de sangre) y, posteriormente, analizaron documentos de un manuscrito encontrado sobre el cadáver, en el lugar de los hechos.