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En Nüremberg, 12 alemanes fueron condenados a muerte por crímenes de lesa humanidad
El nazismo representa a la ideología y al régimen que gobernó Alemania de 1933 a 1945 con la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán de Adolfo Hitler. Estos ideales se degeneraron en sus conceptos porque los jerarcas nazis pusieron una práctica deliberada de atroces medidas y espeluznantes torturas contra prisioneros de guerra y especialmente judíos, que vivían en ese estado o en los países que habían dominado.
Finaliza la II Guerra Mundial
Cuando la II Guerra Mundial culminó, las potencias vencedoras, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética, decidieron juzgar a los culpables de matar, torturar, exterminar y flagelar a millones de personas, pero se imponía la ausencia de un antecedente legal y de una ley para llevar a juicio los crímenes de lesa humanidad.
El primer ministro inglés, Winston Churchill, fue el primero en hablar de crímenes de guerra y de la necesidad de que “el castigo debiera tener lugar cuando se produjera el desenlace definitivo de la contienda”.
En 1942 se creó una comisión con el fin de elaborar una lista de responsables que debían ser juzgados cuando terminase el conflicto y esto ocurrió en septiembre de 1945.
Ese año, en la Conferencia de Yalta, los líderes mundiales Stalin, Churchill y Roosevelt trataron también este tema, analizaron un amplio documento elaborado en Estados Unidos y establecieron las bases para llegar a un convenio entre los aliados sobre la forma en que el juicio debería celebrarse.
Después de existir discordia en la elección de la ciudad sede para el procesamiento porque los soviéticos querían imponer a Berlín, se realizó el juzgamiento en otra ciudad alemana: Nüremberg y esta urbe terminó dando nombre al juicio. La avenida Fürther Strasse centró los ojos del mundo. Es que en esta arteria se encontraba el Palacio de Justicia que fue el escenario del juzgamiento de los alemanes.
El Tribunal comienza su labor
Del 20 de noviembre de 1945 al 1 de octubre de 1946 se celebraron 600 sesiones a cargo del Tribunal Militar Internacional en la Sala del Tribunal del Pueblo. La causa se desarrolló durante 10 meses y 10 días. Además, se emplearon cuatro idiomas: inglés, francés, ruso y alemán.
Cada delegación de los cuatro países que componían el tribunal estaba integrada por 600 personas que buscaron pruebas. Más de 10 mil documentos fueron analizados; usaron películas como evidencias y receptaron dos millones de declaraciones bajo juramento.
El proceso tuvo el carácter de la jurisprudencia angloamericana, en el que colaboraron 1.000 personas. Los cargos contra los sindicados fueron: conspiración en contra de la paz mundial, planeación, provocación y realización de una guerra ofensiva; crímenes y atentados en contra del Derecho de Guerra; y, crímenes inhumanos.
Los argumentos de la defensa pretendían negar la competencia del Tribunal, presidido por el inglés Lord Geoffrey Lawrence, y pusieron de manifiesto la dificultad de aplicar leyes con carácter retroactivo. También se recordó que los países acusadores mantuvieron relaciones con la Alemania de Hitler incluso durante los primeros años de guerra, como los Estados Unidos.
Los acusados
Los acusados fueron seleccionados entre los 800 altos jefes detenidos en los últimos días de la guerra. Al final, la lista quedó reducida a 24 nombres, aunque el tribunal solo abrió la causa contra 22 porque la acusación contra el magnate de la industria pesada, Gustav Krupp, se sobreseyó por su avanzada edad y mala salud y porque Robert Ley, responsable de los campos de trabajo, se ahorcó con una sábana antes de que se abriera el proceso.
Irónicamente, el personaje que hubiera sido el principal imputado ya no estaba: Adolfo Hitler.
Del grupo acusado el de más rango era Hermann Göring, quien era el sucesor de Hitler. Había presidido el Parlamento alemán y creado la policía secreta Gestapo. Fue ministro y presidente de Prusia, comandante general de la Fuerza Aérea y ministro de Economía.
También estaban Alfred Jodl, comandante general del Ejército, y quien firmó la rendición de Alemania; Ernst Kaltenbrunner, jefe de la temida Gestapo; Joachim von Ribbentropp, canciller alemán; Alfred Rosenberg, ministro de Territorios Ocupados; y Wilhelm Frick, ministro de Interior. El grupo se componía de otros seis alemanes. En ausencia fueron juzgados 10 acusados.
Juicio y sentencias
El juicio fue muy complicado de llevar; hubo 218 días de sesiones y Göring lo transformó en un circo. Algunos de los acusados fueron arrogantes y decidieron no responder a ninguna acusación. La respuesta más común fue que recibían órdenes. El 1 de octubre de 1946, el tribunal condenó a 12 alemanes a muerte: Göring, Jodl, Kaltenbrunner, von Ribbentropp, Rosenberg, Frick, Frank, Keitel, Sauckel, Seyss-Inquart, Steicher y Bormann; a 3 dictaron cadena perpetua: Hess, Raeder y Funk. Von Schirach y Speer recibieron condenas de 20 años; von Neurath, 15 años; y Doenitz, 10 años. Fueron absueltos: Schacht, von Papen y Fritzsche.
Las sentencias de muerte se ejecutaron el 16 de octubre de 1946, con dos excepciones: Göring se suicidó con una cápsula de cianuro poco antes de la fecha de su ejecución, y Bormann continuó desaparecido. Después se supo que había muerto antes del juicio. Los otros 10 condenados fueron ahorcados y sus ejecuciones estuvieron a cargo del sargento primero estadounidense John C. Wood, un verdugo profesional que fusiló a 299 personas. Los cuerpos fueron cremados y las cenizas depositadas en el río Iser. Los 7 principales criminales quedaron en la prisión de Spandau, en Berlín. (I)