Los adolescentes que permanecen aislados en los Centros de Atención Integral de Menores en Conflicto con la Ley, conocidos como CAI, elaboraron durante sus talleres de rehabilitación 110 cajas pequeñas en forma de contenedor para la empresa portuaria Contecon Guayaquil S.A.

Al menos 70 internos participaron, durante un mes, en la fabricación. Entre todos cortaron la madera, luego armaron, pintaron y le dieron los últimos retoques. Hicieron 3 modelos de prueba, con colores y formas diferentes, para que los representantes de la compañía interesada eligieran uno. Se decidieron por el  color rojo y por un espacio en el que cabe una botella de vino. Además, le pusieron una tarjeta con motivos navideños.

Fernanda Ortiz, supervisora de los CAI, indicó que las cajas fueron adquiridas para entregarlas no solo en Ecuador, sino en Chile, Colombia e incluso algunos países de Europa.

Contecon, a cambio de las cajas de regalo, donó a los Centros de Adolescentes Infractores implementos deportivos para practicar fútbol, básquet, ping pong, así como un televisor y una máquina para el taller de ebanistería.

Ángel Suárez, quien desde hace un año y nueve meses es el instructor del CAI de varones,  destacó que por primera vez los artículos hechos por los menores fueron requeridos por una empresa. “Con la compañía portuaria se planteó un proyecto desde hace 2 años, pero fue en el mes de junio de 2013 cuando llegamos al acuerdo de elaborar  artículos para ellos”, agregó.

Los otros modelos de cajas diseñadas fueron expuestos, junto a muchos más objetos elaborados, en una feria realizada en los exteriores del Gobierno Zonal, en el norte de Guayaquil.

Rehabilitación en Guayas

En la provincia del Guayas existen dos CAI (Centros de Adolescentes Infractores). Uno para varones, ubicado en las calles Babahoyo y Calicuchima, centro de Guayaquil; y otro, para mujeres, en la ciudadela Los Ceibos.

Según el último reporte mensual del Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos,  el centro masculino alberga un promedio de 150 adolescentes, mientras que  el femenino, a 12. Este número se incrementa los fines de semana con menores que asisten a cumplir medidas preventivas.

Los CAI cuentan con un modelo de atención socio-psico-pedagógico, que contempla, entre otras opciones, una guía en educación, salud, orientación ocupacional y laboral, además de fortalecer los vínculos familiares. Como parte de este modelo de gestión se los capacita de lunes a viernes de 09:00 a 12:00 y de 14:00 a 16:00.

“Recuerdo a un chico que trabajó conmigo varios meses y luego de que hiciera objetos pequeños, le pedí que armara un anaquel para libros. Cuando lo terminó le dijo a su padre, con una emoción indescriptible, que él se convirtió en un carpintero. Los muchachos se  sienten útiles, les hace bien aprender”, expresó Suárez.

Respecto a la seguridad, Fernanda Ortiz explicó que siempre hay inspectores que vigilan a los adolescentes debido a que manejan herramientas cortopunzantes durante los cursos. “Antes de que un adolescente trabaje, se analiza su perfil, hay que cuidar la salud integral y derechos  de todos, por eso tampoco se obliga a nadie”, concluyó.