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El “Robo del Siglo” aún sorprende a 50 años de su ejecución
La mañana del 8 de agosto de 1963 el Reino Unido amaneció en shock. Un audaz grupo de ladrones había conseguido lo impensable: robar el tren postal de Glasgow (Escocia), que transportaba la cuantiosa suma de 2,6 millones de libras esterlinas, lo que en la actualidad equivaldría a 41 millones de libras esterlinas (63 millones de dólares).
Fue una “proeza” para la época, en especial por la aplicación del minucioso plan, que fue elaborado durante varios años y que no necesitó armas para llevarse a cabo. El mentalizador del robo fue Bruce Reynolds, quien estuvo en prisión en la década de los 50.
Durante su estadía en la cárcel, Reynolds, apodado “Cerebro”, conoció a Ronnie Biggs, quien fue el líder del grupo de ladrones durante el asalto. Curiosamente, no fue ahí donde idearon el plan, sino años después, cuando se reencontraron en las calles de Londres.
En aquella conversación, Reynolds le comentó a Biggs que su sueño era robar un tren y este último le contestó: “Yo tengo a la persona indicada (un exempleado del correo, quien le había comentado que en los trenes de mensajería transportaban mucho dinero)”.
La charla quedó en nada, pero ambos no dejaron de pensar en el robo durante los siguientes años. A inicios de 1963, Reynolds ya tenía elaborado un ambicioso plan. No dudó en ponerse en contacto con Biggs y entre ambos armaron la banda para ejecutar el robo.
En los primeros días de julio de 1963 los 15 hombres integrantes de la banda (además de dos informantes) se mudaron a las cercanías del condado inglés de Buckinghamshire, a 65 km de Londres.
La madrugada del 8 de agosto de aquel año, los 15 hombres ejecutaron el plan de Reynolds a la perfección, con una precisión milimétrica. Con gran éxito lograron interceptar y desvalijar uno de los trenes más famosos del Reino Unido, que llevaba un cargamento millonario.
Era el tren correo entre la ciudad escocesa de Glasgow y Londres, que transportaba hasta 126 sacos repletos de dinero procedente de los bancos situados entre ambas localidades, que viajaban al abrigo de la oscuridad y cuyo contenido era conocido por unos pocos hombres.
El primer paso en el robo fue cambiar las luces del semáforo y forzar al tren a parar. Con la máquina detenida, un grupo de supuestos militares ingresó hasta el puesto del maquinista, Jack Mills, para, según ellos, verificar que todo esté bien. De pronto empezó el robo. El trabajador ferroviario se resistió y fue golpeado con una barra de metal por los delincuentes; fue el único acto violento registrado en la operación.
Los ladrones lograron sacar un total de 118 sacos llenos de dinero para luego fugar en dos furgonetas y un camión. Parecía el robo perfecto. Los asaltantes se escondieron en su guarida, en las cercanías del condado de Buckinghamshire y luego de una semana se separaron. Pero se les escapó un detalle: en el sitio dejaron un juego de monopolio, en el que quedaron marcadas sus huellas dactilares. Con ese indicio, la Policía inglesa los identificó rápidamente y empezó una búsqueda concreta.
Intentaron huir, pero solo lo consiguieron con maestría los líderes: Reynolds, quien tras someterse a cirugía estética huyó durante cinco años a México y Canadá; y Biggs, quien pasó 31 años buscado tras su fuga de prisión en 1965 hasta su captura en 2001, cuando volvió voluntariamente al Reino Unido.
Por recordarse 50 años del extraordinario robo, días atrás fue publicado el libro “El Gran Robo del Tren -50 aniversario- 1963-2013”, en el que se revelan detalles inéditos del suceso, con testimonios de Biggs y el cabecilla Reynolds, que murió el pasado febrero.
El célebre robo, que durante muchos años fue tenido por el asalto más atrevido, eficiente e ingenioso del siglo, fue planeado y ejecutado a la perfección por un equipo que implicó a 17 personas, 15 ladrones y dos informantes.
RONNIE BIGGS, EL LADRÓN INGLÉS MÁS FAMOSO
El ladrón convicto Ronnie Biggs, uno de los autores del atraco en 1963 al tren postal de Glasgow (Escocia) a Londres, se muestra “orgulloso” de haber participado en el llamado “Robo del Siglo”, del que hoy se cumplen cincuenta años. Biggs, quien ahora está ingresado en una residencia en precario estado de salud, dice no tener ningún remordimiento por el hurto.
Este anciano celebra hoy dos cosas: sus 84 años y el 50 aniversario del robo que lo hizo ser conocido como el ladrón más famoso de Inglaterra. “Si me preguntan si tengo remordimientos por haber sido uno de los ladrones del tren, mi respuesta es ¡no!”, asegura Biggs, y añade: “Iré más lejos: estoy orgulloso de haber sido uno de ellos. También me complace que se me llame el ‘recadero’ o el ‘cerebro’. Estuve allí esa noche de agosto y eso es lo que cuenta. Soy uno de los pocos testigos, vivos o muertos, del ‘Robo del Siglo’”.
De lo único que dice estar arrepentido es del daño hecho a personas allegadas a él. “Quienes han pagado el precio más alto por el robo del tren han sido nuestras familias. Todas ellas han pagado el precio de nuestra implicación en el robo; un elevado precio, diría yo, en el caso de mi familia”.
Biggs fue encarcelado poco tiempo después del robo, pero se fugó de prisión en 1965. Luego huyó a París, donde se sometió a una cirugía plástica y con un pasaporte falso viajó a Australia. Posteriormente, tras pasar por España, se estableció en Brasil, donde tuvo un hijo (Michael) con la bailarina Raimunda de Castro.
Debido a que la ley brasileña no permite la extradición de un hombre que tenga un hijo nacido en el país -Michael nació en Brasil- Londres tuvo problemas para conseguir su entrega.
Entre sus muchas peripecias figura también su secuestro por parte de un grupo de mercenarios británicos, que lo llevaron a Barbados en 1981 para vender la historia.
Después de ser rescatado volvió a Brasil. En 2001 decidió volver a Inglaterra, donde fue apresado. En 2009 fue excarcelado debido a su estado de salud.
LOS PROTAGONISTAS
Bruce Reynolds fue arrestado en 1969, después de vivir un tiempo en Francia y Canadá. Su pena a cumplir era de 25 años, pero por buena conducta salió en 1978. En 1980 regresó a prisión por lavado de dinero, cumpliendo una pena de 3 años. Murió a los 81 años, el 28 de febrero pasado.
Ronnie Biggs se convirtió en el más mediático de los pillos del tren, es más, fue llamado el “Ladrón del Siglo”, debido a que pasó prófugo durante 36 años.
Frederick Wilson fue apodado el “Hombre Silencio”, ya que no dijo nada durante su juicio. Lo encarcelaron en 1964, pero escapó a los cuatro meses. En 1968 lo apresaron nuevamente y estuvo en prisión hasta 1978. Se radicó en España, en donde fue asesinado en 1990, a sus 58 años.
Ronald Edwards se mudó a México luego del robo y se entregó a la Policía en 1966. Cumplió 9 años de cárcel. Puso un negocio familiar de venta de flores en Waterloo. Se suicidó en 1994, a los 63 años de edad.
Roy James fue el primero de los ladrones en ser capturado, semanas después del robo. Lo liberaron después de cumplir 12 años de su pena. Se mudó a España y en 1996 volvió a prisión por golpear a su esposa y suegro. Murió en 1999.
Tommy Wisbey fue uno de los “pesos pesados” del grupo. Era el hombre rudo, el indicado para someter al personal del tren. Fue aprehendido meses después del robo y liberado en 1976. En 1989 volvió a la cárcel por tráfico de cocaína.
Jimmy Hussey fue quien golpeó al maquinista del tren, Jack Mills. Murió el año pasado. En 1975, después de salir de prisión, abrió un restaurante. A partir de 1981 pagó una pena de 7 años por tráfico de drogas.
Roger Cordrey estuvo en prisión 20 años, después de ser arrestado en Bournemouth.
Jimmy White fue detenido en Kent, después de estar prófugo por tres años. Se fue a vivir a Sussex luego de ser liberado en 1975.
Douglas Gordon abrió una peluquería y un bar en España, después de ser liberado de prisión en 1975.
Bobby Welch salió de la cárcel en 1976 y luego se convirtió en corredor de autos.
Brian Campo era la parte legal del grupo. Abogado de profesión, fue quien se encargó de comprar los artículos utilizados en el robo. En 1968 fue dejado en libertad y murió en 1979, en un accidente de tránsito.
Bill Jennings era un extrabajador de ferrocarriles. Fue quien desprendió los vagones con el dinero. Nunca fue detenido.
John Daly fue apresado por varios meses, pero fue dejado en libertad luego de demostrar que no tuvo mayor participación en el robo.
Otras tres personas participaron en el atraco, pero nunca fueron identificadas.