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Análisis
El combate a la corrupción exige resultados reales y tangibles
El caso Odebrecht -versión Ecuador- se mueve a salto de mata, con intermitente oscilación mediática y con calculadas dosis políticas que se decantan por goteo ante una expectante opinión pública.
En estos días, el tema de la corrupción corporativa e institucional, genuina creación de la gigante brasileña, volvió al tapete nacional luego de la divulgación de grabaciones -¿manipuladas, editadas, inducidas?- que relacionan al ex Contralor General del Estado con un alto representante de Odebrecht en el país.
El tema central ya es letra vieja, aunque los aditamentos morbosos se han convertido en carne fresca para las redes sociales, los medios y los actores pasivos y activos de esta trama sin final.
En efecto, ahí se revelan nuevos diálogos sórdidos, temas cruzados e intereses encriptados. En fin, todo un relato de novela policiaca.
No obstante, la faceta novelesca y sórdida del caso Odebrecht tiene una proyección más profunda que petrificaría a cualquier persona, a cualquier ecuatoriano, que vive dignamente de su trabajo y valora el sentido de la dignidad. Cuando se oyen esas conversaciones, claramente se aprecia cómo se subastaron los intereses públicos en beneficio particular. Y salta a escena una flagrante traición política al interés social del país.
Al leer detenidamente el reciente mensaje anticorrupción de Lenín Moreno, difundido el lunes pasado en cadena radiotelevisada, sobresale un elemento de valor estratégico que no se puede soslayar: el poder político incorporó el tema en su agenda. No solo eso, ahora demanda acciones concretas de la sociedad y de las funciones del Estado, que deben reflejarse en resultados tangibles, visibles, reales.
Al colocar en la misma línea de acción la agenda, las prioridades y los posibles resultados de la lucha anticorrupción, el Presidente de la República se embarcó en una suerte de camino de una sola vía, al liderar una lucha que, sin duda, el país acompaña, pero que a su vez no puede quedarse en el aire o en el ámbito de los buenos deseos. La corrupción tiene protagonistas y rinde beneficios tangibles. por ello, la lucha contra ella demanda también acciones concretas. (O)