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El arte es un bálsamo para los internos
Maribel L. vive hace cuatro meses tras las rejas. Sus compañeras la llaman "Diosa de Ébano", por su tono oscuro de piel, característica de las personas oriundas de la provincia de Esmeraldas. Tiene 41 años pero aparenta menos de 30, es abuela y considera que el arte le ha ayudado a vivir mejor dentro del Centro de Rehabilitación de Mujeres, ubicado en el km 17 de la vía a Daule.
Ella forma parte del grupo musical Prisioneras del Amor, conformado por otras cinco internas que se dan a conocer como: "La dama de fuego", "La voz que canta y ama", "Lady Colombia", "China sexi" y "La mentalista".
El salón Eloy Alfaro (Centro Cívico) fue el escenario de su última presentación, que se denominó “Pasos de Libertad”, organizada por el Ministerio de Justicia, mediante el cual demostraron que el encierro no es impedimento para cumplir con tareas productivas.
Otros cuatro grupos también demostraron sus destrezas: Detrás de la muralla (teatro), Victoria (danza), Talith y Fénix (música).
Las primeras en salir a las tablas fueron las Prisioneras del Amor, quienes vestían un pantalón de rayas verticales blancas y negras, tonalidades que antes se usaban para los uniformes de los encarcelados. En América, los primeros se usaron en las cárceles de Estados Unidos, a finales del siglo XVIII, aunque este diseño ha desaparecido en algunas prisiones por ser considerado denigrante.
Fuera del escenario la “Diosa de Ébano” relató que fue detenida el 5 de junio de este año, cuando las autoridades descubrieron una instalación de líneas clandestinas para realizar llamadas internacionales en el mismo inmueble donde tenía su peluquería, pero aseguró que no tiene nada que ver en el asunto y espera que se aclare pronto.
"A pesar de la tristeza que da estar en una cárcel, considero que practicar el arte es algo maravilloso que me pasa. Estoy orgullosa de que con las chicas y los profesores me den la oportunidad de salir adelante", expresó.
Ella no solo pertenece al grupo de artistas, también ayuda en los coros a la agrupación salsera Fénix, creada hace 3 años y conformada por 13 varones privados de la libertad (PPL). Asimismo colabora con Talith, conjunto con 12 integrantes que ha participado en concursos locales y nacionales a nivel de centros de rehabilitación. En Guayas se adjudicó el primer lugar y en el país el tercero.
Lenín Lara, ministro de Justicia, destacó que estas actividades son fundamentales en el proceso de reinserción en la sociedad, por eso se efectúa en todos los complejos penitenciarios.
"Les vamos a demostrar que estas personas que cometieron un error se merecen otra oportunidad y que tienen mucho que entregar. Son grupos artísticos que no solo cantan, sino que representan obras de su convivir diario”, explicó.
El funcionario compartió la tarima con las PPL y demostró que también tiene talento para cantar, sobre todo salsa romántica, en una fusión musical entre los grupos Fénix y Talith.
Fabián Tutivén, vocalista de este último, mencionó que mantienen la mente ocupada al prepararse para las presentaciones.
“Son metas que tratamos de cumplir, un acto que es difícil, adquirimos responsabilidades, nos ajustamos a un horario para poder demostrar lo que mejor estamos haciendo”, dijo el PPL.
“Detrás de las murallas” representó una obra adaptada al famoso musical Cats, pero lo llamaron “Encatseladas”. La creación original cuenta la historia de una tribu de gatos llamados Jellicles que una noche deciden a qué gato ascender a la capa Heaviside (aproximadamente a 150 km de altura) y volver a una vida nueva. El acto de las internas tenía una trama similar pero habituada a la vida actual.
Las gatas vestían de colores vivos y se denominaron “Pepélicas”, por las siglas de PPL. Cantando puntualizaban todos los ilícitos que han cometido quienes están en la cárcel, qué los llevó tras las rejas, lo triste que se volvieron sus vidas y cómo recuperaron las esperanzas para una renovada existencia, lejos de actividades delictivas.
Geovanny Malagón, director del grupo de 32 féminas, contó que ensayan dos veces por semana en horarios ajustados porque también realizan otras actividades. “Se las forma en danza, teatro, canto y pintura. Ellas mismas crean su escenografía. Esta es la cuarta presentación, antes lo hicieron en el MAAC (ahora llamado Centro Cultural Simón Bolívar)”.
El profesor reveló que es algo complicado trabajar con ellas, pues tienen fuerte temperamento; pero destacó que el arte las desinhibe y en esos períodos se olvidan de que están dentro de un recinto carcelario.
El evento se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad. Los PPL ocuparon la platea derecha rodeados de agentes del orden y de tratamiento penitenciario; en el otro extremo estaban sus familiares, algunos de los cuales aprovecharon la oscuridad para acercarse y al menos saludar por unos segundos, tarea que no fue fácil, pero la progenitora de una de las internas que ya había participado lo consiguió.
Acompañada de su nieta ubicó a su hija y aunque por la distancia no pudieron conversar, se comunicaron con las miradas. La pequeña no pudo contener el llanto y empezó a llamar a su madre, mientras Fénix cerraba la presentación con música tropical; y se despedía de los espectadores con mensajes para sus familiares de que siempre los tienen en sus pensamientos y que esperan volver pronto junto a ellos.
Finalmente los PPL se retiraron del teatro, cada uno acompañado por un agente del orden. Sus parientes salieron apresurados del salón Eloy Alfaro para verlos antes de que suban al bus que los llevaría de regreso al sitio donde se rehabilitan y cumplen su condena.