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La recuperación del tejido cadavérico es esencial para la identificación
Desaparecido estaba como N.N. en Facultad de Medicina de U. Central
Una espera de cuatro años terminó para los familiares de Segundo Santacruz Minda, de 65 años, reportado como desaparecido hace 4 años. De acuerdo con sus familiares, el hombre salió de su casa rumbo al mercado Mayorista, en Quito, el domingo 8 de abril de 2012, pero nunca regresó. Desde entonces fue buscado intensamente.
Su cadáver se encontraba como N.N. (sin identificación) en la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Ecuador (UCE). El cuerpo fue hallado por la Unidad de Personas Desaparecidas de la Fiscalía, a cargo de Paola Solís.
La fiscal informó a los familiares de Segundo Santacruz que la pericia de cotejamiento de huellas dactilares dio positivo con las impresiones necrodactilares de uno de los cadáveres ingresados como N.N. en el Departamento de Medicina Legal de la Policía Nacional, el cual había sido donado a la UCE en 2012.
Levantamiento en Mejía
Según un informe de Medicina Legal, remitido a la Fiscalía, el levantamiento del cadáver de Santacruz se efectuó en el cantón Mejía, el 9 de abril de 2012. Luego el cuerpo fue trasladado a la morgue de Machachi San Francisco No. 1, del cementerio de Santa Rosa. El 18 de abril, los restos fueron donados a Medicina Legal, en Quito. “No se determinó la causa de la muerte del ciudadano, porque la autopsia se practicó el 26 de septiembre de 2012, es decir, 5 meses después”, comunicó Solís a la familia de Segundo Santacruz.
Otros casos
Este caso se suma a otros desaparecidos y hallados en anfiteatros luego de algunos años. Como la joven Kerly Verdesoto, desaparecida en 2011 en Milagro (Guayas), y hallada después de 4 años en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Estatal de Guayaquil; o como Guillermo Zarzosa, de 64 años, desaparecido casi un año y encontrado en la morgue de Medicina Legal de Quito en 2014.
Lidia Rueda, de la Asociación de Familiares de Desaparecidos del Ecuador (Asfadec), afirmó que han pedido a las autoridades un informe de los cadáveres que se encuentran en las morgues, para constatar si se trata de los casos que ellos registran, y así evitar que pasen años buscándolos. “Es un largo camino que recorre el familiar en esa situación”, dijo.
Por eso, Rueda anunció que como asociación también realizan plantones de concientización por la seguridad de las personas y prevenir posibles desapariciones. “Desde la ciudadanía hay que tomar siempre precauciones en todo, estar alerta cuando vamos caminando por la calle, observar si nos siguen y comunicarse con los vecinos”, acotó.
Para Alexandra Mantilla, jurista de la Academia Ecuatoriana de Forenses, es imprescindible contar con formación en técnicas de recuperación de tejidos para las personas que trabajan en las morgues, a fin de lograr una identificación.
“Por ejemplo, si encontramos un cuerpo completamente putrefacto, la técnica internacional dice que si lo congelamos por 48 horas, y luego lo rehidratamos, (..) se puede tomar huellas”. Y enfatizó que la recuperación del tejido cadavérico es lo que ayuda a una correcta identificación.
En el caso de las facultades de Medicina, Mantilla mencionó que hay una desventaja, porque el fin no es la identificación del cuerpo, sino su estudio anatómico. “La aplicación de los protocolos de entrada y salida de las morgues puede ayudar en los procesos de identificación” concluyó. (I)