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Cuestión Criminal: El rol de cada uno en el teatro de la vida
La sociedad funciona como un teatro, con actores, público y organizadores. Así pensaba el sociólogo Erving Goffman, quien ponía como ejemplo el caso de una conferencia. Si yo soy el invitado, espero que el público se comporte y que preste atención.
El público espera de mí que dé una conferencia más o menos interesante. Tanto yo como el público esperamos de los organizadores que todo esté en orden.
Pues bien, si las demandas del rol se satisfacen, todos estaremos contentos; pero, por ejemplo, si yo comienzo a desvariar y hablar incoherencias o entre el público un grupo de borrachos grita barbaridades, o hay fallas en la luz y el sonido, uno y otro nos enojaremos. Esos episodios generarán una ‘disrupción’, es decir habrá agresividad y se distorsionará todo el orden social.
Tomado de “La Cuestión Criminal”, capítulo 11. Autor: Eugenio Raúl Zaffaroni.