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Punto de vista
Celebremos el 2015 con responsabilidad
Queridos lectores, deseando que hayan vivido la auténtica fiesta de la Navidad y que hayamos logrado rescatar su real esencia, hoy me dirijo a ustedes para abordar uno de los mayores riesgos de esta época, esto es, el uso indiscriminado e irresponsable de la pirotecnia, con los efectos colaterales, que lamentablemente pasan a ser noticia de prensa en el primer día del nuevo año. Más allá de la necesidad de mantener viva, la tradición de celebrar ruidosamente el fin de año, es importante tener en cuenta, que al excederse en esta celebración, se estaría afectando los derechos de aquellos ciudadanos que ya sea por su delicado estado de salud, física o mental, o por propia decisión no comparten o les perjudica toda esta fiesta de luces y estruendos.
La tradición ecuatoriana de quemar el último día del año un monigote que represente lo bueno y malo de lo vivido, va unida también de la esperanza de que el año entrante venga cargado de bendiciones y de la concreción de nuestros sueños y anhelos. No obstante, no nos es ajeno el riesgo enorme que representa, no solo para nosotros, también para aquellos que comparten el momento de la quema de los viejos, así como para bienes y mascotas que se encuentren alrededor del evento.
El uso de fuegos artificiales, como los identificados diablillos, fosforitos, silbadores, camaretas (tumba casas) además de causar un gran estruendo que alerte la llegada del nuevo año, genera afectaciones auditivas en nuestros hijos y mascotas, sin mencionar el alto impacto que existiría en circunstancias que uno de estos elementos llegase a detonar muy cerca de ellos o de nosotros.
Comparto la importancia y la alegría de conservar nuestras tradiciones, sin embargo del mismo modo, los invito a vivirlas con responsabilidad y con extremo cuidado. Es necesario que los fuegos artificiales que utilicemos hayan pasado por un proceso de control de calidad y cuidado en su manipulación, de tal modo que se reduzca a la mínima expresión la posibilidad de afectación o daño físico a personas, animales o bienes.
La tradicional quema del ‘año viejo’ debe darse en orden, respetando lo establecido en las ordenanzas municipales y guardando las distancias prudentes para tal efecto, de tal modo que podamos vivir una verdadera fiesta de bienvenida del nuevo año, sin apuros ni angustias por lesiones no consentidas sobre nosotros o algún familiar.
La normativa para la reducción de los riesgos y vulnerabilidades está plenamente identificada en la Constitución de la República del Ecuador, en especial su artículo 389, así como en la Ley de Seguridad Pública y del Estado, su Reglamento General, y los demás Acuerdos y Resoluciones que el rector de los riesgos en el país, esto es, la Secretaría de Gestión de Riesgos y por su parte los Cuerpos de Bomberos han emitido e implementado para la seguridad ciudadana; sin embargo la decisión final sobre el control y cuidado que debemos implementar en estas fechas es de nuestra entera y exclusiva responsabilidad.
Con lo dicho, espero vivamos una verdadera fiesta, llena de alegría y esperanzas por lo que el año nuevo traerá; festejemos con extrema emoción pero con prudencia para que no se presenten situaciones que debamos lamentar, recordemos que la decisión y la responsabilidad sobre nuestro cuidado es solo nuestra.
Finalmente, deseo que el 2015 sea un año lleno de salud, paz, felicidad y prosperidad para todos nosotros y nuestras familias, que se concreten nuestras metas y anhelos personales, en especial, que nuestro querido Colegio de Abogados de la Provincia del Guayas continúe su marcado sendero de progreso y de dignificación de esta noble profesión, FELIZ 2015 PARA TODOS.
¡Juntos Somos Invencibles!