Publicidad
El objetivo es evitar los cacheos manuales
Canes antidrogas, otro filtro de seguridad en ‘La Peni’
Alrededor de 2.800 ciudadanos llegaron la mañana de ayer a visitar a sus familiares que se encuentran privados de la libertad en los pabellones nuevos del Centro de Rehabilitación Social de Varones, conocido como ‘Penitenciaría delLitoral’, en el km 17,5 de la vía a Daule.
Al ingresar se encontraron con la novedad de que a los protocolos de seguridad, para evitar el ingreso de objetos ilícitos, se sumó la participación de canes amaestrados acompañados por agentes de tratamiento penitenciario (ATP).
El ingreso inició a las 07:00.En el exterior cada uno recibió su turno en el que además se plasmó su número de cédula para evitar la venta de puestos; luego pasaron la primera puerta y se encolumnaron para llegar a las ventanillas donde se confirman sus datos.
En ese momento, mientras esperaban, uno a uno fue olfateado por los canes, primero por la parte frontal y luego por la posterior. “A mí que me revisen, yo no tengo miedo”, gritó una mujer .
Ramiro Núñez, asesor del Ministerio de Justicia, indicó que por el momento hay 4 perros asignados a los controles en la Penitenciaría, pero eso irá aumentando progresivamente. Explicó que si el animal detecta que una persona esconde droga, se sienta junto a ella. “Nos permite hacer una revisión no invasiva al cuerpo de las personas”.
El coronel Fausto Buenaño, coordinador de operaciones, indicó que los canes están capacitados para detectar la droga así esté escondida en las partes íntimas. “Fueron preparados junto a sus guías durante 6 meses”, agregó.
Si el visitante supera la revisión del can, se le pone un brazalete de seguridad y un sello. De ahí pasa por los detectores de metales. Obdulia Jiménez, una mujer de la tercera edad, se evidenció contenta con los cambios. “Ya no hay maltratos”.
“Estoy de acuerdo con los cambios, ya no hay empujones, ni debo venir a dormir afuera para entrar temprano”, dijo María Jurado.
Pero no todos se mostraron conformes. Algunas mujeres, que no dijeron sus nombres, se quejaron del trámite que deben realizar para entrar, dijeron que esto les quita tiempo para disfrutar con sus parientes, y aseguraron que muchos visitantes no respetan los turnos.