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Hasta el momento Patricio Solines entregó $ 1’000.000 a los acredores

Accionistas de Inmobiliaria cancelarán deudas

En esta oficina se atiende a los pejudicados de la empresa Valdivieso-Solines.
En esta oficina se atiende a los pejudicados de la empresa Valdivieso-Solines.
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En la Unidad de Patrimonio Ciudadano de la Fiscalía de Pichincha continúa en investigación previa la presunta estafa a 250 perjudicados por la Inmobiliaria Inmocasales. Los accionistas se comprometieron a cancelar los valores adeudados a las personas que intentaron adquirir una vivienda.

Rosario Torres, representante legal de Magalli del Castillo, notarizó la denuncia con los recibos de Inmocasales. Estos documentos fueron entregados a Rodrigo Álvarez, liquidador de la compañía.  

Patricio Solines, accionista de la empresa Inmocasales. explicó que desde el momento que la constructora dejó de construir y entregar inmuebles, se apersonó de los problemas financieros de los clientes perjudicados.

El socio mencionó que las dificultades económicas de la empresa se presentaron entre el 2009 y 2010, tras una fallida asociación con el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (BIES). En 2011, la Superintendencia de Compañías determinó la liquidación de la inmobiliaria. Y con ello  se presentaron los problemas.

Hasta ese momento, la constructora y la inmobiliaria eran administradas por Felipe Sánchez y Alfredo Valdivieso. Ellos se retiraron a finales de 2010 e inicios de 2011. Valdivieso cerró las oficinas para que “la gente que reclamaba por sus viviendas y dinero no lo contactaran”.

Solines no trabajó administrativamente en la empresa, pero fue socio del 50% de las acciones. Valdivieso era el propietario de la otra mitad. Cada uno invirtió aproximadamente $ 125.000 en su formación.

Al momento de la liquidación, Solines entregó el valor inicial del capital. “El otro socio no aportó con el dinero para la liquidación, al ver esto, decidí abrir las oficinas para atender a las personas (2011). Mi interés era solucionar los problemas de la gente y que no se vea perjudicada.

Aunque, dijo, que  con la quiebra de la empresa también fue uno de los afectados, porque “no se culminaron los proyectos para cumplir con la gente”.

Perjuicio económico

Su perjuicio económico es de $ 3’000.000. La compañía tenía que devolver el dinero a 250 personas, el monto adeudado sumaba $ 1,5 millones. “Hasta el momento he devuelto un $ 1’000.000. Queda una deuda de $ 500.000. No tengo la capacidad económica para entregar esta cantidad, pero devolveré hasta un 50% a los acreedores restantes. El dinero entregado fue producto de mi trabajo”.

Tiene previsto consolidar un fideicomiso, y con las utilidades que se obtengan por la venta de los últimos departamentos en el proyecto Tirrena, se paguen los pasivos. “Creo que con $ 200.000 se pagaría el 50% de la deuda. El dinero restante será responsabilidad del otro socio (Valdivieso)”.

Durante estos años, Solines entregó a unas personas el 15% y 25% de su dinero. A otros proveedores se adeuda el total de su inversión. Hace un mes, la Superintendencia de Compañías cambió de liquidador. Eso implicaría que tarde la devolución del dinero restante.

Felipe Sánchez Valdivieso, exgenerente, dijo que dejó la compañía (2009), antes de que quiebre, y cree que los dos socios están dispuestos a pagar a los afectados. (I)

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Creación de otras compañías

Utilidades de Tirrena serán para afectados

Alfredo Valdivieso, socio de la constructora, prefirió no emitir juicios de valor, puesto que las denuncias que pesan contra él y  Patricio Solines se encuentran en etapa de investigación previa por la Fiscalía. “Aclaro que no fui administrador, contador, financiero de la empresa, sino constructor del edificio Tirrena”.

Sobre las personas afectadas, mencionó que desde el 2011 se constituyó un encargo fiduciario en la compañía Fideval S.A.,  en el cual se estableció que el monto de utilidades que deje la venta de departamentos del proyecto Tirrena se pagará a las personas que demuestren que fueron perjudicadas por la compañía Valdivieso-Solines, promotora del proyecto.

El edificio Tirrena constituyó un fideicomiso de administración por exigencia del banco acreedor, con el fin de financiar la construcción de este proyecto inmobiliario. La empresa Fideval será la que entregue los valores a los clientes.

“El administrador de la empresa Valdivieso-Solines era Julio Gómez Montalván, liquidador nombrado por la Superintendencia de compañía. Gómez fue el excontador de la empresa, de la cual era socio en Inmocasales”.  

Señaló que Patricio Solines no construyó ningún proyecto, puesto que tenían contratos separados. “Mi compañía  A.V. Arquitectos construía otros proyectos, mientras que la empresa de Solines construía otra cosa, su empresa lleva el nombre Construir Futuro”.

Valdivieso-Solines es únicamente la compañía promotora de los proyectos Tirrena y Casales Daniela. “Yo fui el arquitecto de Casales Daniela, a mí me correspondía la aprobación de planos de dos etapas, pero se construyó solo una”. Valdivieso y Solines se asociaron en 2012, para promover el proyecto Casales Buena Ventura. Agregó que la administración de la empresa estuvo a cargo de Alejandro Valdivieso y Solines. (I)

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