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Caníbal fue detenido 8 veces antes de su ejecución

Abuelo pagó sus crímenes en la silla eléctrica

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Albert Fish fue llamado el ‘abuelo asesino’ por los crímenes que cometió en su vejez, pero en realidad desde pequeño tuvo un comportamiento sádico, masoquista, pedófilo y hasta caníbal.

Fish nació el 19 de mayo de 1870 en Washington, Estados Unidos, y se crió dentro de una familia con numerosos antecedentes de perturbación mental, su madre por ejemplo oía voces en la calle y tenía alucinaciones, tenía una hermana demente, un hermano alcohólico, además, 2 de sus tíos estaban internados en un hospital siquiátrico.

A los 5 años murió su padre, así que su madre lo internó en un orfanato, mientras ella trabajaba para mantenerse. Allí estuvo expuesto a constantes maltratos y abusos, increíblemente él anhelaba la hora del castigo.

Desde niño se divirtió infligiendo dolor a los demás, pero sobre todo a él mismo. También, sintió atracción por los artículos de prensa que narraban crímenes y coleccionaba los de asesinos en serie que practicaban canibalismo.

Desde los 20 años empezó a mantener relaciones homosexuales y ejerció la prostitución en su ciudad natal, allí mismo por primera vez violó a un niño. Desde entonces comenzó a tener alucinaciones de tipo religioso, eso lo obsesionó con la idea del pecado y creyó que la única forma de purificación era el sacrificio personal y el dolor.

Eso lo llevó a propinarse castigos masoquistas: se automutiló, frotó espinas contra su cuerpo, clavó agujas en sus genitales y golpeó con palos con clavos.

Sin embargo, eso no fue un impedimento para formar un hogar. En 1898 se casó con una joven 9 años menor que él, con la que tuvo 6 hijos, a los que -aunque parezca extraño- los trató muy bien.

Fish se dedicó a pintar y a decorar interiores para ganarse la vida y viajó por gran parte de su país.

Antes que la Policía descubriera lo que realmente era fue detenido 8 veces por estafa, robo, pago con cheques sin fondos y por redactar cartas obscenas para los anuncios de agencias matrimoniales de los periódicos.

En una ocasión manifestó que era Jesucristo, aseguró que San Juan le habló y que Dios le ordenó que haga sacrificios humanos, por ello fue internado en un hospital siquiátrico, pero lo dejaron salir al poco tiempo tras considerar que no era peligroso, pese a que le diagnosticaron que tenía personalidad sicopática de carácter sexual.

Primeras víctimas

Fish estaba obsesionado con el dolor y los niños eran su objetivo, sobre todo los de raza negra. Sus primeros asesinatos ocurrieron en 1910 en Wilmington, cuando le quitó la vida a un niño y a otro muchacho que tenía discapacidad síquica.

A muchas de sus víctimas las encontró a través de los anuncios que salían en los periódicos de gente solicitando trabajo, en 1928. Fue así como dio con la familia Budd, a la que visitó en su casa haciéndose pasar por un granjero que quería contratar a un muchacho. En el sitio vivía Grace, de 10 años, quien fue la víctima más conocida y popular de Fish.

El hombre ideó un plan para llevarse a la niña sin que sospecharan y se le ocurrió convencer a los padres de que dejaran que Grace lo acompañe a una fiesta de cumpleaños; ellos accedieron y nunca más la vieron.
Pero, 7 años después la familia recibió una carta de Fish, en la que relataba cómo terminó con la niña y por qué lo hizo.

El texto decía que tiempo atrás un amigo le contó una historia de cuando vivió en China, donde debido a la hambruna los niños eran vendidos para alimentar a los adultos. Según Fish, ese hombre reveló que se acostumbró al sabor de la carne humana y que cuando regresó a Estados Unidos no quería comer otra cosa, así que secuestró a 2 pequeños para calmar su hambre.

“Él me decía frecuentemente cuán buena era la carne humana por eso decidí probarla”, decía la misiva en la que les recordaba que ellos le permitieron llevarse a Grace y les detalló que la estranguló y que una vez muerta la cocinó y se alimentó con su carne por 9 días.

Luego de eso, el detective William F. King, quien investigaba la desaparición, buscó a Fish, quien estaba en una casa de beneficencia. La casera del lugar quedó sorprendida al percatarse de que la descripción del hombre al que buscaba la Policía coincidía con la del veterano que había vivido en ese lugar por 2 meses.

El 13 de diciembre de 1934, la mujer llamó al detective King y le informó que Fish estaba en la pensión. Cuando él tomaba una taza de té King apareció y cuando quiso detenerlo el viejo alcanzó un cuchillo para ahuyentarlo, pero el agente hábilmente le torció la mano.

Confesó sus crímenes

Las confesiones de Fish fueron escuchadas por numerosos oficiales y siquiatras, siendo la mayor parte una inenarrable serie de depravaciones imposibles de creer, por ejemplo que le excitaba asesinar niños, comer carne cruda y que todo eso lo hizo decenas de veces.

Cuando le preguntaron por la cifra exacta de víctimas respondió sonriendo: “Por lo menos cien”, sin embargo la Policía lo señaló como sospechoso de atacar a unas 400 personas (no a todas las asesinó).

Finalmente, fue culpado de haber asesinado un total de 15 niños, la mayoría procedente de las zonas más pobres de la población. El juicio duró 10 días.

Por las declaraciones sobre los crímenes cometidos fue condenado a la silla eléctrica, pero esto no lo angustió, por el contrario tuvo una sorprendente reacción, pues ayudó a los guardias a colocarle los electrodos y se mostró entusiasmado. La ejecución ocurrió en la cárcel de Sing Sing el 16 de enero de 1936.

“Que alegría morir en la silla eléctrica. Será el último escalofrío. El único que todavía no he experimentado...”, dijo antes de ser ejecutado, según archivos periodísticos. Ya que le gustaba lastimarse tenía agujas en el interior de su cuerpo, eso causó una falla en la primera descarga y debieron repetir el procedimiento. Fish fue enterrado en la misma prisión.

Los siquiatras concluyeron que Albert Fish estaba desquiciado y le diagnosticaron sicosis paranoide, uno de los argumentos fue que alguien capaz de comerse a un niño no podía estar cuerdo.

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