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En el país se han construido 8 centros de ciencias forenses
80 médicos legistas laboran en 60 morgues que administra la Fiscalía
Una osamenta hallada en el sector Paquisha, en el sur de Quito, es analizada en el laboratorio de ADN de la Fiscalía, a fin de identificar a la persona. Los restos fueron encontrados durante un operativo de búsqueda de un desaparecido.
Este tipo de estudio se suma a los 5.716 casos de autopsias, análisis de evidencias y pericias, practicados en 2014 en los Centros de Investigación de Ciencias Forenses (CICF).
La Fiscalía maneja 75 morgues en 23 provincias, las cuales se han articulado al trabajo de los CICF, que son modernos laboratorios construidos en Esmeraldas, Lago Agrio, Machala, Manta, Ambato, Santo Domingo, Loja a los que se sumará el de Cuenca, que será inaugurado en los próximos días.
Los nuevos centros forenses están provistos de salas de tanatología, donde se realizan las autopsias, además cuentan con laboratorios de química, biología, histopatología y radiología para pericias científicas de evidencias y muestras encontradas en el lugar de los hechos.
Ibis Orejuela, directora nacional de los CICF, dijo que este proyecto empezó hace 2 años para dotar con todas las herramientas técnicas a los médicos legistas y puedan hacer necropsias completas, confiables y técnicas, “ayudar en el esclarecimiento, especialmente de las muertes violentas. Además, contamos con cerca de 80 forenses”.
La creación de los CICF también se da frente a la necesidad de un manejo digno y adecuado de los cadáveres, “en la mayoría de provincias, las morgues no tenían normas mínimas de seguridad y las autopsias se realizaban en condiciones precarias”, indicó la funcionaria.
Garantiza indagación científica
El fiscal general, Galo Chiriboga, manifestó que la institución impulsa los Centros de Investigaciones de Ciencias Forenses como un nuevo concepto para garantizar la investigación científica del delito y para contar con pruebas irrefutables.
Las evidencias recogidas en el cuerpo de la víctima o en las escenas de algún crimen son remitidas por el fiscal de cada caso investigado a los laboratorios para los análisis científicos respectivos.
Médicos forenses y laboratoristas especializados, acreditados por el Consejo de la Judicatura como peritos, realizan los exámenes, luego remiten los informes que son incluidos como pruebas procesales por la Fiscalía en la audiencia de juzgamiento.
El médico legista Édgar Ramos, quien labora en el CICF de Santo Domingo, mencionó que la tecnología implementada, así como la funcionalidad de los laboratorios y salas de necropsia permiten recuperar toda la información necesaria como mandan los estándares internacionales en el camino de identificar las causas pormenorizadas de la muerte de una persona.
En los 8 centros funcionan laboratorios de química forense, donde se analizan contenidos de sustancias como alcohol en fluidos biológicos o bebidas adulteradas.
El laboratorio de biología forense practica análisis de líquido seminal humano y fluidos biológicos; en el área de histopatología forense estudian muestras de órganos y tejidos que son tomados de los cuerpos de las víctimas.
El laboratorio de radiología tiene máquinas movibles para tomar placas de los cuerpos, con lo cual se detecta la presencia de objetos como proyectiles y los forenses determinan rápidamente lesiones o golpes que pudieron incidir en el fallecimiento, “esto permite que el trabajo sea más rápido y ahorra un promedio de 4 horas en las autopsias”, explicó Orejuela.
La bioseguridad y cuidado ambiental son prioridad en los CICF, donde no existe riesgo de contaminación. También tienen una planta biodigestadora de desechos sólidos.