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Mina apuesta a su experiencia callejera para subir al podio
Tal vez de niño, cuando Carlos Mina comenzó su carrera en el pugilismo, peleas como las que ahora disputa en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016, parecían lejanas. Eran posiblemente sueños que alimentaba despierto para salir de la pobreza y ayudar a su madre, María Rosa Mina Caicedo, a no trabajar tanto para llevar un plato de comida a la mesa de su hogar.
Carlos, nacido en Guayaquil el 30 de abril de 1992, y que se forjó como peleador amateur en Puerto Quito y Quito, tiene la mente puesta en ascender al podio del torneo ‘carioca’.
El siguiente paso en esta aspiración es conseguir un cupo en los cuartos de final de la categoría semipesado (81 kilos).
De cara a lograr este cometido, mañana tendrá que superar al irlandés Joseph Ward, tercero en el ranking mundial y uno de los favoritos para alzar la medalla de oro.
Con el puesto 27 en el escalafón, cualquiera diría que sus opciones de ganar son casi nulas, pero Carlos es un hombre acostumbrado a la adversidad. Quedar fuera de los Juegos Olímpicos 2012 o perder dos enfrentamientos contra Carlos Góngora fueron momentos difíciles de los que supo salir airoso.
Vinicio Cobo, uno de los entrenadores del porteño en la etapa juvenil y parte de la senior, recuerda que en 2014 y 2015, el exponente sintió la frustración de perder por puntos con Góngora cuando, según el desarrollo de los combates, el triunfo lo merecía él. La derrota que más le dolió fue la de 2014 porque definía al deportista ecuatoriano de la división que representaría al país en los Juegos Sudamericanos que se efectuaron en Santiago de Chile.
El fallo desmoronó a Carlos, quien golpeó las cuerdas y no quería ni fotos ni entrevistas con la prensa. “Ya con cabeza fría dijo que seguiría practicando hasta ser el mejor, no estaba dispuesto a rendirse”.
Cobo también recuerda la devoción que el golpeador le tenía a Dios y a la Virgen María, quienes le daban fuerzas cuando las cosas no le salían bien. Un rosario negro en el tobillo derecho solía ‘acompañarlo’ durante las peleas.
Mas la rebeldía de Mina viene de circunstancias peores a las de caer en un competencia. Mientras vivía en Quito, hacia donde su madre mudó a la familia, pasó días de hambre y, para ayudar en casa, se subía a los buses, cantaba y recolectaba monedas.
Ahí le surgió la otra pasión de su existencia: la música, a la que también pondría atención con el paso del tiempo. En aquella época, las calles del Panecillo se convirtieron en su primer gimnasio de boxeo. La disputa de tazos o canicas le hicieron trenzarse a puñetazos con otros chiquillos. Esos juguetes se convirtieron en sus primeras medallas.
Tras salir de Quito, por falta de oportunidades, María y sus retoños se establecieron en Puerto Quito; estuvieron 3 meses en la cabecera cantonal y después se cambiaron al recinto La Abundancia.
Puerto Quito es el lugar que definió el futuro deportivo de Mina; la influencia de sus parientes ‘puertoquiteños’ lo empujarían a presentarse en el gimnasio de la Liga Cantonal, donde el preparador Carlos Vásquez canalizó su talento.
Poco tiempo le bastó al instructor para ver que Mina reunía la picardía, el carácter, la fuerza y la agresividad exigidos por el pugilato. Eso, más la experiencia callejera del chiquillo, le facilitaron aprender con rapidez las técnicas.
Estas virtudes le permitieron al novel cultor obtener resultados favorables en poco tiempo; su primer título nacional lo conquistó en Puerto Quito en la categoría 13-14 años. En ese elenco infantil de Pichincha también sobresalieron su hermano menor, Peter, y sus primos Abel y Juan.
Este cetro lo llevó de nuevo a la capital de la República, donde lo esperaba el aleccionador Segundo Chango, fundamental dentro de su faceta de boxeador. Como miembro de Concentración Deportiva de Pichincha (CDP), Carlos tendría la posibilidad de llegar a la selección ecuatoriana.
Chango admite que llegó a sentir cariño de padre por Mina, un luchador dentro y fuera del ring. Nunca olvidará la vez en que el atleta lo hizo llorar, confesándole uno de sus más caros deseos: conocer a su progenitor, de quien no lleva el apellido. El gimnasio de La Tola se convirtió en el escenario de sus progresos, no solo en la disciplina de los puños, sino, incluso, de su vida artística. Este sitio fue la locación central de la película ‘La Tola Box’, del director Pavel Quevedo (2014), donde el rapero Jeanthes Space (nombre artístico de Carlos), interpreta el tema principal.
Actualmente, como si se tratase de un filme, Carlos quiere darle un final feliz a su primera actuación olímpica, con él como protagonista. Mientras, en Puerto Quito, anuncian fiesta si se cuelga una presea en Río. (I)
Ward, el zurdo que colecciona medallas de oro
Joseph Ward -de 22 años- nacido en Moate, Westmeath (Irlanda) será el próximo rival de Carlos Mina, en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
La pelea entre el irlandés y el ecuatoriano está pautada para mañana (17:15), según la planificación inicial de la organización.
Ward consiguió su clasificación a los JJ.OO. de Río tras vencer a Elshod Rasulov de Uzbekistán en la semifinal de la categoría de peso semipesado en el Campeonato Mundial en Doha, el año pasado.
En ese certamen, el boxeador irlandés se adjudicó la medalla de plata tras caer en la final con el cubano Julio César La Cruz, en un duro combate que finalmente se definió por la decisión de los jueces.
Parte importante en su corta carrera boxística la tiene su entrenador Eddie Bolger, quien confió en él luego de una serie de dificultades (lesiones) que lo alejaron de los cuadriláteros.
“Después de todos los altibajos que he tenido en mi carrera, mucha gente me dio la espalda y hasta me dieron de baja en su momento, pero me quedé con él (entrenador). Mi entrenador, mi familia, mi novia, mis hijos, todos me motivan permanentemente desde casa”.
Con una estatura de 1,86 metros, ganó su primera medalla de oro importante en 2009, durante el Campeonato Mundial Junior realizado en Armenia. En aquella ocasión, Ward -de perfil zurdo y un ágil movimiento ofensivo- derrotó al boxeador local Hayk Khachatryan en la final de peso medio ligero (81 kg.).
El segundo título mundial juvenil lo obtuvo en mayo de 2010 en Azerbaiyán, luego de derrotar categóricamente al australiano Damien Hooper, pero esta vez en el peso mediano. Durante ese certamen se enfrentó al colombiano Leonardo Carrillo, a quien venció con dificultades.
En 2011 Ward se quedó con el campeonato europeo de box amateur, en certamen realizado en Ankara. En el combate de definición derrotó al ruso Nikita Ivanov, en uno de sus mejores combates.
Después de dos años tuvo que conformarse con la medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Box Amateur realizado en Almaty (2013). Cayó en la semifinal ante el cubano Julio César La Cruz, quien se quedó finalmente con la medalla de oro.
El año pasado, Ward consiguió su segundo título europeo, en torneo disputado en Bulgaria. Aunque en el combate final se cortó el rostro (producto de un choque con su oponente) continuó con su pelea luego de recibir asistencia médica. Tras demostrar una rica técnica ofensiva y defensiva, y darle golpes efectivos, venció al holandés Peter Mullenberg, para quedarse nuevamente con la presea dorada.
Su ‘piedra en el zapato’ ha sido el boxeador cubano Julio César La Cruz, con quien volvió a perder en la final del Campeonato Mundial Amateur de 2015 realizado en Doha. (I)