La nadadora Samantha Arévalo competirá hoy en sus segunda cita olímpica, esta vez en los 10 kilómetros en aguas abiertas, luego de que en Londres 2012 participó en los 800 metros libres. Ella se clasificó en junio pasado en el preolímpico de Setúbal (Portugal).

Arévalo logró el boleto olímpico en su última oportunidad y tuvo mucha presión sobre sus hombros para conseguirlo. 4 años de preparación estaban en juego, en los que participó en los Juegos Panamericanos de Toronto, la Copa del Mundo y el torneo Sudamericano.

El tercer lugar en Setúbal le significó ganarse el respeto de muchas de las competidoras a las que se enfrentará hoy desde las 07:00. Arévalo fue la más rápida en el último tramo de la competencia europea y amenazó a las primeras, la china Xin Xin y la británica Keri-Anne Payne.

La nadadora pudo entrenarse en 3 ocasiones en el lugar donde hoy se desarrollará la prueba. De esa forma pudo percibir la temperatura del agua, la corriente y otros elementos que afectan el recorrido.

“El agua podía ser correntosa un día y al siguiente no; es un lugar que cambia constantemente y esperamos que las condiciones el día de la prueba sean buenas para que desarrolle su potencial”, dijo su entrenador Juan Fernando Enderica.  

Los campamentos que realizó en Río de Janeiro le brindaron confianza para disputar la prueba de hoy. “Muy aparte de los factores naturales, que pueden influir, daré todo para conseguir mi objetivo y dar una alegría al país”, comentó la deportista de 21 años.

La prueba se realizará en el Fuerte de Copacabana y se espera una temperatura del agua de entre 21° y 23°, lo que permitiría una prueba agradable para las competidoras. Arévalo no ha tenido inconvenientes cuando ha competido en aguas cálidas o frías, pues los resultados finales no se han visto afectados por las condiciones climáticas.

Para Enderica, la nadadora alcanzará su madurez deportiva en los próximos Juegos Olímpicos, pero en su segunda cita la intención es superar las mejores marcas que ha conseguido.

“A diferencia de Londres 2012, donde se logró el boleto con mucha alegría, ahora para Río 2016, también lo hizo con alegría, pero con una mayor responsabilidad por lograr mejores resultados”.

Una de las favoritas para ganar la prueba es la brasileña Ana Marcela Cunha. La representante local pretende conseguir la medalla dorada, luego de que en Pekín 2008 se quedó con el quinto lugar y no participó en la edición anterior de los olímpicos. En 2010 fue elegida como la mejor nadadora de la Federación Internacional de Natación (FINA), mientras que en 2012 logró el oro en los 5 km y 10 km en el Sudamericano de Natación. Anteriormente participó en pruebas más extensas, como los 25 kilómetros en 2011, cuando consiguió el primer lugar y fue la primera medalla de oro que logró una brasileña en un mundial. (I)    

El especialista       

David Martínez, entrenador de aguas abiertas de la Federación Deportiva del Azuay

Samantha es la más estable de los nadadores locales  

Ella ha sido la más estable de todos los nadadores nacionales. Ha estado siempre bien ubicada en todas las competencias y hay grandes esperanzas. No diría de medalla, porque en Juegos Olímpicos es muy meritorio un finalista y un medallista, pero pensamos que puede realizar un gran papel, de acuerdo a los resultados que ha tenido a lo largo de la temporada.

Samantha tiene que afrontar la prueba con mucha confianza. Se ha preparado bien, de forma exigente, con competencias de preparación y le queda la parte sicológica: estar muy tranquila y entregar todo de sí como siempre lo ha hecho.

Las pruebas en aguas abiertas son muy difíciles. Se han convertido casi en un deporte de combate, por la rivalidad que hay y las incidencias que se producen dentro de la competencia, a pesar de que los árbitros son muy rigurosos. Se producen golpes y encontronazos fortuitos; más de una vez algunos nadadores han salido con ojos morados o heridas.

La prueba de los 10 kilómetros es táctica, donde hay que tener mucha inteligencia y perseverancia para estar en los lugares estelares. Los deportistas deben dosificar bien sus energías y Samantha sabe hacerlo bien. (O)