Hace 12 años el cabo primero de Policía Juan Ramiro Benavides tuvo un accidente de tránsito cuando cumplía sus labores.

En esa ocasión, el gendarme, de 40 años, fue impactado por un vehículo que le causó fracturas en la cabeza, mandíbula, brazos y dos vértebras, lesiones que lo dejaron paralítico y lo obligaron a moverse con la ayuda de una silla de ruedas.

Él es uno de los beneficiarios de las ayudas técnicas que la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG) donó la mañana de este miércoles 12 de diciembre a la Policía Nacional. En total se entregaron 23 sillas de ruedas, dos andadores, dos bastones y un par de muletas.

El gendarme Benavides resaltó que, desde el día del accidente hasta hoy, la institución policial le ha dado todo su apoyo y colaboración en el proceso de recuperación. También agradeció a la Junta de Beneficencia, pues las ayudas entregadas aportan a paliar una de las necesidades más básicas como es la movilidad.

El acto de entrega se desarrolló en el patio del Hospital Docente de la Policía Nacional, ubicado en la Avenida de las Américas, en el norte de Guayaquil.

El evento estuvo a cargo del coronel de Estado Mayor Jorge Cevallos, director administrativo del hospital policial, quien ponderó el trabajo de la institución para atender las necesidades de los agentes con problemas de movilidad.

Indicó que la Policía tiene en sus filas 617 servidores con algún problema de discapacidad, el 70% obedece al alto riesgo que conlleva su trabajo cotidiano que realiza por las calles.

Añadió que las ayudas técnicas no solo son para los agentes policiales, sino también para los miembros de sus familias.

Este es el caso de Ángel Eleodoro Armijos, padre de dos agentes policiales, quien se benefició con la entrega de una silla de ruedas. El septuagenario agradeció a la institución por la silla, la cual lo ayudará a transportarse y realizar sus labores cotidianas con mayor facilidad.

Agradece labor de protección

Durante la ceremonia también intervino el presidente de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, Eduardo Romero Carbo, quien agradeció a la Policía por su labor de protección y servicio hacia la ciudadanía.

Además que esta no será la primera donación que realizará la Junta de Beneficencia y espera que la colaboración entre ambas instituciones continúe no solo en este ámbito sino también en otros.

Jacinto Vinento, sargento primero en servicio pasivo, expresó que “este beneficio no es solo para mí, sino también para mi familia que ahora podrá movilizarme con mayor facilidad”.

Explicó que durante su servicio en las filas policiales fue víctima de lesiones, como disparos con arma de fuego y atropellamientos, y que es un alivio que la institución lo siga atendiendo ahora que requiere sus servicios por su discapacidad.

La comandante de la Zona 8, que comprende Guayaquil, Durán y Samborondón, general Tannya Varela Coronel, exaltó la generosidad de la Junta de Beneficencia, en especial durante la temporada navideña.

Indicó que la Policía Nacional continuará su trabajo por los servidores y sus familias que sufren de problemas de discapacidad y enfermedades catastróficas.

“No existirá recompensa alguna en el mundo que compense lo que ustedes en su momento hicieron. Por eso, hoy trabajamos para que ustedes mejoren sus condiciones de vida. Quienes estamos hoy en la institución policial les rendimos el tributo que les corresponde, somos conscientes de su trabajo y que si la entidad ha llegado a donde está hoy, también es por lo que ustedes han hecho”.

Tras la ceremonia, los beneficiarios y sus familiares fueron invitados a compartir un refrigerio con los demás miembros de la institución de la seguridad ciudadana. (I)