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La asamblea estudiará reformas al código de salud para normar procedimientos

Las funerarias carecen de controles efectivos para manejo de cadáveres

Para la manipulación de cadáveres se deben cumplir normas de bioseguridad para evitar la contaminación. Foto: Marco Salgado/ El Telégrafo
Para la manipulación de cadáveres se deben cumplir normas de bioseguridad para evitar la contaminación. Foto: Marco Salgado/ El Telégrafo
02 de julio de 2014 - 00:00 - Redacción Justicia

La falta de conocimiento en el manejo sanitario de cadáveres humanos ocasiona que no se tomen las medidas de bioseguridad para evitar el contagio de enfermedades, así como la contaminación ambiental.

Además, existe desconexión entre las instituciones encargadas del tema como la Fiscalía, Policía oMunicipios. Justamente para tratar esta problemática, la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional organizó esta semana el foro nacional sobre el ‘Manejo de cadáveres en el Código de la Salud’, con la intervención de expertos, que expusieron su propuesta de anexar una normativa.

Asambleístas, representantes de los ministerios de Salud, Ambiente, Interior, Asociación de Municipios del Ecuador (AME), Fiscalía, INEC, colegios profesionales de médicos, enfermeras y químicos asistieron al ex Senado del Palacio Legislativo, donde se desarrolló el foro sanitario.

Contaminación

El profesor universitario Juan Reyes, especialista en tanatopraxia (preservación de cadáveres mediante la aplicación de formolización, embalsamamiento o cremación), explicó que apenas se produce la muerte, el cuerpo humano empieza a descomponerse por la presencia de microorganismos alojados en los conductos tracto intestinales que lo convierten en  un potencial agente de contaminación ambiental y también podría ser fuente de contagio de enfermedades si no se maneja adecuadamente.

Las personas en los ambientes hospitalarios pueden contraer muchos gérmenes multirresistentes, como los estafilococos, estreptococos, etc., que colonizan las heridas y los cuerpos, indicó.

A las 24 horas del fallecimiento las bacterias comienzan a descomponerse. Un cuerpo que no ha sido sometido a procesos de conservación adecuados produce hasta 40 litros de líquido putrefacto llamado lixiviado, “este es un grave problema, ya que si hablamos de  un cementerio tendríamos que multiplicar por 100 o 1.000 esta producción de lixiviados”, consideró el profesional.

Si no se tiene una norma técnica que obligue a efectuar tratamientos apropiados como la construcción de féretros adecuados para impedir que estos líquidos escapen, se van a trasladar a la tierra, “el suelo de los cementerios se ha vuelto ácido y con las lluvias la contaminación es más grande y podría llegar incluso a aguas subterráneas, que luego se usan para regadíos en la agricultura y también en el consumo humano, sostuvo Reyes.

Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) del 2011, en el país existe un promedio anual de 60.000 muertes, por lo cual es necesario que se identifiquen los procesos de manejo de cadáveres.

Revisar ley

El experto señaló que es necesario revisar la ley que permite a los familiares que sus parientes sean velados hasta por 3 días antes de la inhumación, “amparados en la ley, la gente obliga a las funerarias a tener el cuerpo todo ese tiempo, la falta de una legislación específica sobre el manejo de cadáveres aumenta el riesgo de contaminación, es importante hacer una normativa técnica y educar a la ciudadanía para que entienda los riesgos de exponer los cuerpos en un velatorio”.

Reyes dijo que “hay normas antitécnicas de construcción de cementerios, especialmente en la Costa, donde se pueden encontrar cerca de ríos, vertientes de agua o donde hay reservorios, asimismo transportan cadáveres en camionetas que luego usan para llevar gente o alimentos, lo cual es un factor contaminante”.

El Ministerio de Salud elaboró en 2013 un reglamento de manejo de cadáveres, el cual necesita urgentes reformas.

Reglamento

Ximena Naranjo, quien dirige una funeraria, señaló que en el Ecuador existen alrededor de 530 establecimientos que ofrecen servicios exequiales, muchos de los cuales no cuentan con el personal idóneo y tampoco hay un reglamento claro que los controle.

También señaló que la construcción de féretros es otro problema, ya que no se toman en cuenta las normas técnicas de bioseguridad; “usualmente la gente opta por comprar los ataúdes de metal, ya que cuestan $ 300, pero no son biodegradables; un féretro de madera, que es lo más recomendable, cuesta entre $ 500 y $3.000.

Luego de las exhumaciones, los cofres son tratados como una basura común, cuando estos son desechos infecciosos, muchos de ellos eliminados en las mismas instalaciones de los cementerios y quemados a cielo abierto. “La ley actualmente obliga a la clasificación  de la basura al sector de la salud, cuando las funerarias también producen desechos infecciosos y no hay control”, manifestó.

Reformas

La asambleísta María José Carrión, presidenta de la Comisión de la Salud, dijo que están preparando reformas para incluir en el Código de la Salud que está para su aprobación en el pleno. “Es muy importante incluir este tema para mejorar los protocolos de manejo de cadáveres y que las funerarias cumplan con procedimientos adecuados de bioseguridad y garantizar la sanidad de sus empleados”, destacó.

Establecer procedimiento

La forense Ibis Orejuela, encargada de los centros forenses de la Fiscalía, señaló que muchas muertes violentas llegan a los hospitales, los cuales emiten certificados de defunción y no se informa a la institución.
También debe haber un procedimiento que se efectúe en los cuerpos y no se contaminen las evidencias, que pueden ser analizadas en una posterior autopsia, manifestó Orejuela.

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