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La información que circula en los medios y en redes sociales ha influenciado en el criterio de las personas
El caso 'Montañita' reactiva entre la gente el debate sobre la inseguridad en el país
Han transcurrido cerca de 2 semanas, y las primeras planas de los periódicos locales aún detallan el asesinato de 2 jóvenes de la provincia de Mendoza, Argentina, ocurrido en Montañita, una de las playas más atractivas de la provincia de Santa Elena. El caso movilizó a la prensa nacional y extranjera, envuelta en un enjambre de hipótesis: desde una red de trata de personas hasta el descuido de unos padres que permitieron a sus hijas desplazarse por 5.212 km para vivir una aventura. Más allá de la efervescencia mediática, este caso también se discute al interior de los hogares por los potenciales riesgos a los que estarían expuestos los hijos.
Tatiana Alemán, docente universitaria y madre de Nazareth, adolescente de 15 años, explica que por su oficio, a diario escucha las conversaciones de jóvenes y cree que su afán por experimentar les hace querer vivir más rápido. “Siempre le digo a mi hija que uno debe saber dónde se encuentra, quién te acompaña y, si debo viajar, a dónde voy a llegar”.
Para la joven Nazareth lo ocurrido en Montañita suena distante. Conoció esa playa cuando tenía 12 años y anhela los días de sol. Su vida transcurre en las calles del norte de Quito, lugar donde cree que ronda el verdadero peligro: “Sí he escuchado que roban, secuestran. (...) Pero a ninguna de mis amigas les ha ocurrido”.
Las 2 coinciden: La solución no está en rodearse de policías, sino en establecer códigos de seguridad: saber dónde y con quién están, avisar lo más pronto posible cuando hay un cambio de actividades. “Los adolescentes tienen su espacio –afirma Alemán- y no te cuentan todo. A los padres nos cuentan los detalles menos graves”. Agrega que lo ocurrido con las jóvenes argentinas “es algo que pudo pasarle a cualquiera”.
Eulalia Cruz, contadora jubilada de 63 años, aporta al debate: “En los medios de comunicación se ven casos de todo tipo, parecería que existe mucha inseguridad. Los noticieros solo pasan parte de los acontecimientos; si nos creemos todo, entonces vamos a vivir con miedo todo el tiempo”.
A lo largo de su vida ha sido víctima de la delincuencia por 3 ocasiones; sin embargo, no pierde las esperanzas en la gente. “Debemos mantenernos alerta, siendo precavidos, pero tampoco perder la fe en los demás. Quizás algún día me pase algo por esa confianza que tengo”.
La percepción de inseguridad es latente
Cifras oficiales determinan que la tasa de homicidios en Ecuador bajó de 12,40 casos por cada 100 mil habitantes a 6,4 en los últimos 4 años, según el Ministerio del Interior. No obstante, la percepción de inseguridad aumenta, así lo consideran las personas consultadas para este reportaje. Lo propio ocurre con delitos menores como el robo, cuya reducción fue del 15,4%, entre enero y febrero, comparado con el mismo período de 2015.
“Delitos callejeros como asaltos a personas, robo a domicilios o microtráfico, son los que más percepción de inseguridad generan”, asegura el director de operaciones de la policía, Ramiro Mantilla, quien explica que su objetivo es recuperar el control del espacio público.
Una de las estrategias es ejecutar los ‘mega operativos’: intervenciones policiales simultáneas para decomisar armas, recuperar vehículos y motos robadas. La maniobra que empezó en enero de este año se basa en la georreferenciación del delito, para identificar los sitios más conflictivos de las ciudades. “Lo importante es que la gente haga conciencia de que también es responsable de su seguridad”.
La seguridad involucra a toda la sociedad
La percepción de inseguridad no ha disminuido al mismo ritmo que los delitos, sostiene la socióloga María Fernanda Orellana. Puntualiza la necesidad de un cambio cultural para que hombres y mujeres no se enfoquen en las diferencias sino en la igualdad. “Urge un estado de bienestar que incluya temas de seguridad integral, física, moral, espiritual”.
Si bien en los últimos años se ha propiciado el diálogo policía-sociedad civil, particularmente en los barrios y a través de proyectos como el ECU911, la experta cree que falta comprender la seguridad como un problema que involucra a la sociedad. Ella se refiere a que ante un delito existe indiferencia de la colectividad, porque se asume que el manejo de la seguridad es tarea exclusiva de la Policía.
Lamenta que lo acontecido en Montañita haya causado tanta conmoción, porque, si las víctimas hubieran sido jóvenes ecuatorianas, probablemente la ciudadanía no habría tenido la misma reacción, por lo que a todos los hechos de este tipo se les debería dar la misma importancia en todos los ámbitos, sean hombres o mujeres.
“Este caso se abordó con un grado de sexismo, desde un razonamiento masculino. Los medios también se dejaron llevar por criterios apresurados sin valorar que es un caso que involucra derechos humanos”, cuestionó Orellana. (I)
Misión concluyó el miércoles
Peritos argentinos llevan muestras de las jóvenes
El fiscal Galo Chiriboga informó -el miércoles- que los restos de una de las jóvenes argentinas fueron identificados. Se trata de María José Coni. La prueba del otro cuerpo está pendiente, porque la muestra fue llevada a Argentina para cotejarla con la de la madre de Marina Menegazzo.
Los peritos argentinos partieron ayer de Guayaquil rumbo a su país con las muestras de ambos cuerpos para realizar su propio trabajo allá. Los expertos forenses reconocieron que su única misión era asegurar la identidad de las chicas, para tranquilidad de su familia. (I)