Publicidad
1´231.166 visitas destaca la herramienta tecnológica Judicial
La Judicatura registra 358 remates de bienes en línea durante 6 meses
Desde el 23 de noviembre de 2015, tras la entrada en funcionamiento del nuevo “Sistema de Remates Judiciales en Línea”, el Consejo de la Judicatura (CJ) registra 358 subastas efectuadas de un total de 589 presentadas.
El nuevo sistema se enmarca en las modificaciones del procedimiento de remates de bienes embargados, establecidos en el artículo 398 del Código Orgánico General de Procesos (Cogep), en el que se dispone que los bienes muebles o inmuebles, derechos o acciones, se rematarán a través de la plataforma única de la página web del CJ (www.funcionjudicial.gob.ec). “Con esta implementación se supera un proceso obsoleto y susceptible de corrupción, dando paso a un sistema ágil y transparente, donde los bienes serán adecuadamente valorados, y en el cual las personas podrán participar en igualdad de condiciones”, consideró el vocal del CJ, Néstor Arbito.
El funcionario cree que la difusión es lo que garantiza ahora el remate judicial, ya que deberá publicarse la información en el portal web diseñado por el Consejo de la Judicatura, por lo menos 20 días antes del señalamiento de remate.
Para el juez de lo Civil de Guayaquil, Víctor Hugo Medina Flores, uno de los procedimientos de esta nueva modalidad es que los ofertantes podrán solicitar al servidor de justicia que ordene una constatación del bien a ser ofertado con la venia del depositario judicial. La mayoría de estas peticiones se dan para verificar el estado de bienes muebles como los vehículos. “Todo esto se puede hacer pese a que en el sistema se observan las fotos del bien ofertado”.
Además, los interesados podrán hacer una consignación por el bien ofertado el día del remate de un 10% del valor total. Esa consignación puede hacerse de dos maneras: por transferencia electrónica o depósito bancario en Ban Ecuador. “Entonces, el día del remate, accedo al sistema desde mi oficina, de mi casa, o de donde sea, lleno mi información de oferente, señalo la información de la transferencia o depósito bancario y presento mi oferta del bien a ser rematado, entonces, me llegará a mi correo electrónico una certificación de oferente”, explicó Arbito.
El sistema electrónico también permite al usuario observar si existen otros oferentes, mejorar sus ofertas y depositar o transferir la diferencia. Finalizado esto, el sistema a las 00:00 del día del remate se congelará y nadie más podrá realizar ofertas. “Con esto se validan los depósitos y el juez, mediante una audiencia, adjudicará el bien y se devolverán los depósitos de quienes no ganaron la oferta”, dijo el vocal del CJ.
Para explicar el cambio, el funcionario recordó que antes los remates judiciales tenían una difusión limitada porque se lo hacía mediante carteles que se colocaban en las puertas de los juzgados, o por publicaciones en medios escritos que nadie leía. “Es decir, la gente no se enteraba de los remates, del bien que era subastado, cuál era su avalúo, entonces al no existir información no existían oferentes”.
Esto, recordó Arbito, provocaba que al no existir interesados, se efectuaría un segundo llamado y el bien se devaluaba en un 50%. Todo esto constaba en la ley de ese entonces. “Un código del siglo 19”.
Ante posibles ataques cibernéticos al sistema, el funcionario del CJ revela la existencia de seguridades que alertan la pretendida manipulación del programa (software). El abogado en libre ejercicio, Hernán Ulloa Benítez, destaca la implementación del sistema de remates electrónicos, pero sostiene que la herramienta tecnológica debe ser mayormente publicitada.
Un sondeo de este Diario a 20 abogados, efectuado en el Complejo Judicial Norte de Guayaquil, reveló que solo 2 conocían las bondades del nuevo sistema de remates judiciales por la web. Sin embargo, el CJ revela que desde el año pasado las visitas al link de remates en la página del CJ llegan a 1’231.166. “Hemos tenido publicidad en la red y en radios, sin embargo, si necesitáramos mejorar, lo haremos”, finalizó Arbito. (I)