La música era la pasión de Valentina C. Con 11 años de edad fue la primer atril de la Banda Sinfónica del Conservatorio Nacional. Su vida giraba en torno al canto, la flauta y su familia. Valentina cursaba el séptimo año de educación básica, en la escuela Global. Sus amigos la llamaban la ‘pulga atómica’, pues siempre la veían alegre y jugando. Nunca descuidó sus estudios, adelantaba las tareas para asistir en las tardes a clases en el conservatorio.

En casa, cumplía con sus responsabilidades, ayudaba a sus padres y hermanos con las tareas de la escuela y del hogar. Cuando terminaba sus obligaciones practicaba melodías con su flauta, pues se acercaban las pruebas finales. Amaba la naturaleza, los árboles y los libros. Ruth M., su madre, la describe como una niña amorosa, tierna, solidaria, intrépida y sobre todo valiente. “Valentina hacía honor a su nombre, nunca tuvo miedo y es precisamente ese sentimiento el que me dejó”.

La sonrisa de Valentina se apagó el 23 de junio de 2016. Aquel día, no regresó a casa, no asistió al conservatorio, no jugó con sus hermanos y no practicó con su flauta hasta alta horas de la noche. Los padres de Valentina no se explicaban la repentina desaparición de la niña. Recorrieron todos los sitios a los que solía acudir, entre ellos la escuela y el conservatorio.

Ruth M. mencionó que a partir de las 17:30, hora en que se terminaban las prácticas de música, buscó a su hija. Suponía que la niña se encontraba en clases, como era normal, ahí, la buscó por más de dos horas sin resultados. A las 19:30, la madre retornó a la escuela, pues temía que su hija se hubiera quedado encerrada en la institución. Tras golpear la puerta y gritar su nombre varias veces, nadie respondió y tampoco logró ver nada inusual.

Hasta entonces, ya habían transcurrido más de 10 horas de búsqueda. A las 07:00, del 24 de junio, Ruth insiste en registrar las aulas del conservatorio, pero a pocos minutos de llegar, recibe una llamada pidiéndole que se dirija a la escuela de la víctima. Sintió alivio. Pensó que Valentina apareció, aunque se cuestionaba ¿por qué la niña se quedó en la escuela? Ingresó a la unidad educativa y vio el cuerpo recostado de su hija debajo de los juegos infantiles.

“Cuando di unos pasos más vi que mi criatura estaba cubierta la carita, no me dejaron estar con ella, vi que un policía la tomaba de los brazos, mientras me decía que no podía acercarme, pues podía contaminar la escena”. Según la madre, el parte médico señalaba que la muerte de la menor fue a las 18:30. Las pertenencias de la niña se encontraban a su lado.

Informes que se contradicen

Hoy se cumplen 27 días de la muerte de Valentina. El caso se encuentra en etapa de investigación previa. Mayra Soria, fiscal de la unidad de Violencia de Género, dijo que la muerte de la niña será tratada con enfoque de género, puesto que el hecho afecta a una mujer. Además, presume un delito reprimido por 10 años. Hasta el momento no se esclarece la causa de la muerte de Valentina. “Mi hija posiblemente fue asesinada y violentada”. Señaló la progenitora.

Los padres aseguran que alrededor de la muerte de la niña existen cabos sueltos, pues los informes de la primera y segunda autopsia se contradicen, en el primer reporte se señala que la menor muere por agresión sexual, pero el segundo señala que fue muerte accidental. “Yo no estoy culpando a nadie, lo único que exijo es que se esclarezcan las causas de la muerte de mi hija y bajo qué circunstancias perdió la vida. Me pregunto ¿qué fue lo que impidió que la niña saliera de la escuela?”, dijo la madre.

El coronel Kléver Viteri, del Departamento Médico Legal, corroboró lo dicho por la madre de Valentina, ya que indicó que hubo dos reportes sobre la muerte de la menor. Hizo hincapié en que se deben esperar los resultados de las pruebas, como también respetar el proceso investigativo que llevan la Fiscalía y Policía. En tanto, las autoridades de la escuela Global guardan silencio sobre el hecho y prefieren no dar declaraciones.

Muertes violentas

La lucha de los padres de Valentina empieza. Ruth no quiere que la muerte de su hija sea un caso estadístico de violencia. “La muerte de Valentina no es solamente la pérdida individual de esta familia, es una pérdida a nivel de sociedad. Las mujeres en el medio en el que nos desenvolvemos corremos peligro. La violencia se ha normalizado”, mencionó la madre.

Datos de la Dinased indican que en el país, en el primer semestre de 2016, se registraron 15 muertes violentas en menores (5 a 15). La violencia intrafamiliar y comunitaria (riñas) fueron las causas con mayor número de casos en el país. Hasta el momento, dos casos son investigados, 11 fueron resueltos, 2 tienen boleta de detención para sospechosos y 2 casos continúan en investigación.

Glendy Cifuentes, miembro del colectivo Justicia para Vanessa, mencionó que la organización realizará movilizaciones y protestas para que se esclarezca el caso de la niña. “La sociedad civil tiene que solidarizarse y conocer los casos de violencia hacia las mujeres. Crearemos un ‘fanpage’ para que la sociedad conozca el caso y se una a la lucha”.

La familia de Valentina se pregunta ¿qué o quién impidió que la niña salga de la escuela?, ¿por qué la escuela no notificó la presencia de la niña en horas fuera de clase? “La lucha que me deja mi Valentina va más allá, yo sé que a ella ya no la tengo. Pero el dolor que estoy sintiendo no lo quiero para nadie más, otra niña más, no”, expresó Ruth M. (I)