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La comunidad gay de Taiwán permanece atenta a un fallo
La justicia de Taiwán anunciará mañana su decisión sobre las uniones entre personas del mismo sexo, esperada con ansias por los defensores de los derechos de la comunidad gay de este territorio, que podría convertirse en el primero en Asia en legalizarlas.
Al término de apasionados debates que permitieron exponer los profundos desacuerdos de la sociedad sobre el tema, los jueces del Consejo Constitucional, que deben pronunciarse sobre dos recursos, determinarán si la legislación actual es contraria a la Carta Magna.
La angustia de los defensores de las bodas entre personas del mismo sexo era palpable. Aunque se declaran optimistas luego de años de juicios y cuando un proyecto de ley sobre el tema languidece en el Parlamento.
Chi Cia-wei, de 59 años, uno de los autores del recurso, lucha desde hace años por el reconocimiento de las bodas gais, un combate que empezó por primera vez en 1986. “Estoy en el 100% seguro de obtener satisfacción (...) soy optimista pero mi alegría no será excesiva. Tendría que haberse producido hace mucho tiempo”.
En el centro del debate se encuentra una disposición del código civil según el cual las bodas solo pueden unir a un hombre y una mujer. Los abogados de los demandantes defienden la idea de que este artículo es contrario a principios de la Constitución que garantizan la igualdad entre todos.
Otro de los demandantes es la municipalidad de Taipei, que rechaza regularmente los pedidos de bodas entre personas del mismo sexo y busca clarificaciones.
División
Jennifer Lu está en pareja con su compañera desde hace cuatro años. Intentaron casarse en agosto de 2014. “Todo el mundo espera con impaciencia esta decisión, no solo en Taiwán sino en toda Asia”, subrayó la mujer que es militante de Taiwán LGBT Hotline Association (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales).
“Tendrá implicaciones para toda la región”, dice en referencia a países como Corea del Sur o Japón.
La isla nacionalista, separada políticamente de China desde 1949, figura entre las sociedades más progresistas de la región con respecto a los derechos de los homosexuales. Pekín considera a Taiwán parte de su territorio por lo que disputa con el gobierno local, que es defendido por Estados Unidos.
Desde la llegada al poder en mayo de 2016 de la presidenta Tsai Ing-wen, que defendió abiertamente las uniones gais, esta causa se ha visto favorecida.
En el Parlamento, un proyecto de ley que enmienda el código civil franqueó un obstáculo al pasar la primera lectura con un voto favorable. Pero los debates han dejado expuestas las divisiones de la sociedad.
Grupos conservadores y religiosos aseguran que las bodas entre personas del mismo sexo destruirán los valores de la familia. “Tenemos nuestra estructura con un marido y una esposa, un hombre y una mujer, y quieren cambiar eso”, declaró Sammy Yu, portavoz de una asociación llamada La Estabilidad del Poder.
“Una boda no es únicamente un tema de amor, o sentimientos. Es también la continuación de la raza humana”, aseguró en una manifestación la semana pasada.
¿Un estatuto particular?
Yu critica a la Corte Constitucional, acusada de querer rodear el proceso legislativo y pone en duda la imparcialidad de los jueces.
En esta misma manifestación, una madre explicó que las parejas del mismo sexo no pueden criar correctamente a los niños. “Las bodas tradicionales no son anticonstitucionales”, se podía leer en las banderolas de una veintena de manifestantes.
Si la Corte da razón a los demandantes fijará probablemente un plazo al Parlamento para que enmiende el código civil, estimó Victoria Hsu, abogada de Chi.
Pero Hsu se inquieta también sobre la posibilidad de que en vez de una modificación del código, los jueces pidan al Parlamento adoptar una ley distinta sobre las bodas de parejas gais.
Esto sería un avance en el sensible tema, reconoce, pero el estatuto de los homosexuales no sería el mismo que el de los heterosexuales, he ahí las contradicciones.
Policía indonesia lanzó una redada en fiesta gay
La policía indonesia arrestó a 141 hombres que supuestamente participaban en una fiesta gay en un sauna, informaron las autoridades, en una de las últimas operaciones de represión contra los homosexuales en el país musulmán más poblado del mundo.
Las autoridades se presentaron la tarde del domingo en el edificio Atlantis, de la capital Yakarta, que alberga un sauna y un gimnasio.
“Nuestros agentes realizaron una investigación encubierta y realizaron una redada en el lugar”, informó el detective de alto rango Nasriadi, que como muchos indonesios se identifica con un solo nombre.
La homosexualidad no es ilegal en Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, salvo en la conservadora provincia de Aceh.
Nasriadi precisó que 10 de las personas arrestadas podrían ser acusadas de cargos relacionados con la dura legislación contra la pornografía.
En ellos están los supuestos organizadores del evento y también hombres que presuntamente ejercían la prostitución o eran bailarines de ‘striptease’. Estos cargos están penados con hasta 10 años de prisión.
Los otros detenidos todavía están siendo interrogados por la policía con potenciales testigos del caso, informó el detective.
En Indonesia hay una creciente intolerancia hacia la comunidad LGBT, que desde el año pasado recibe ataques. (I)