Las llamadas no tenían respuesta.  Las argentinas María José Coni y Marina Menegazzo habían desaparecido. La última vez que sus parientes se comunicaron con ellas fue vía telefónica, la tarde del lunes 22 de febrero, el día que empezarían el viaje de retorno desde la playa de Montañita (Ecuador), a Perú, Chile y finalmente su natal Mendoza (Argentina).

Hace un año, las fotos de las chicas, una rubia y otra morena, eran compartidas en redes sociales, desde diversas partes del mundo. Los internautas hacían eco de una noticia que tendría el peor final imaginado.

Dos días después, el 25 de febrero fue hallado un cuerpo en estado de descomposición, dentro de un saco, en un terreno abandonado, cerca de la playa. En un radio de 500 metros no había viviendas, solo hierba, entre pilares de construcciones inconclusas. Era el de Coni. Después de 72 horas, a pocos metros, apareció otro cadáver, el de Marina.

María Dolores Coloma, en entrevistas pasadas, confirmó que “la data de muerte de María José dice de 48 horas a 7 días, si ella fue hallada el 25 de febrero, quiere decir que murió el 23. El otro cadáver fue levantado el 28, en la primera autopsia no se determinó el tiempo de muerte, pero el 22 de marzo se practica la segunda autopsia en Cuenca y el rango determinado es de 3 a 4 semanas; es decir que ella fue asesinada entre el 24 y 25 de febrero”.

El crimen ocurrió dentro de una vivienda donde habitaba un guardia comunitario conocido como ‘El Negro’ e identificado como Segundo Ponce Mina. Él fue capturado el 29 de febrero con Aurelio de La A Rodríguez, ‘El Rojo’.

Seis meses pasaron y los individuos fueron sentenciados a 40 años de privación de libertad como autor y coautor del asesinato, respectivamente. Ellos cumplen su condena en Guayas.

La investigación no terminó con la detención de ellos dos, pues en el sitio del crimen se encontraron más perfiles genéticos, entre estos el de José Luis P.C., quien está con prisión preventiva.

Coloma espera que se fije la fecha para la audiencia de evaluación y preparatoria de juicio, pues la instrucción fiscal terminó el 14 de febrero. A inicios de este mes, el juzgado de Manglaralto negó la  revocatoria de prisión preventiva que solicitó la defensa. El individuo, quien dijo trabajar como taxista, tiene dos abogados.

“Él estuvo en el momento que se cometió el crimen, sino por qué está mezclado su ADN con el de las chicas. La muestra se encontró en una salpicadura en la pared del baño y la cocina”, indicó Coloma.

La fiscal agregó que José Luis vivió con su hermano Juan en la casa de Segundo hasta mediados de enero y que intentó justificar que la sangre de él podía ser por una muela que se sacó en ese entonces. “Pero  se determinó que él se la extrajo casi un mes después. La coincidencia es que él, ‘El Negro’ y ‘El Rojo’ trabajaban en un mismo hotel”.

Paula Menegazzo, hermana de una de las víctimas, indicó a diario Los Andes de Argentina:  “tenemos la tranquilidad de que hubo una investigación y un juicio rápido, pero seguimos reclamando para que se busque a los otros culpables. Sabemos que hay rastros de ADN y queremos conocer a los responsables y que sean juzgados”.

¿Qué hay detrás de esta locura?, continúa cuestionándose Gladys Steffani, madre de Majo. “Desde un principio hablé de una banda, porque estos condenados no pudieron cometer en soledad este tremendo doble crimen. Y hoy sigo esperando una respuesta”. (I)