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El Telégrafo
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El “Pombo” Villegas reconoce errores en la economía cubana

El “Pombo” Villegas reconoce errores en la economía cubana
06 de octubre de 2012 - 00:00

Harry Villegas, general cubano que combatió junto al Che Guevara en la Sierra Maestra, Congo y Bolivia, responde casi sin pausa. Se detiene solo cuando no entiende una pregunta o cuando la empleada de la residencia del embajador cubano le consulta si quiere algo de tomar.

Villegas, bautizado por El Che como “Pombo”, está en el país para asistir a los homenajes por los 45 años de la muerte del legendario guerrillero en Bolivia. 

¿Es su primera vez en Ecuador?

No, estuve ya hace uno o dos años por Sabato (Ambato, le corrige Basilio Gutiérrez García, consejero de la Embajada) presentando un libro mío de una escritora ecuatoriana: “Conversaciones con Pombo”.

¿Usted sabía que El Che vivió en Guayaquil?

Sí. Creo que por eso cuando escogió mi leyenda (identidad para vivir en la clandestinidad) para ir a Bolivia, me identificó como un guayaquileño que estaba en Cuba entrenándose. O sea que el documento no era falso, pero me cambiaron la foto y la leyenda me la crearon en base de la vida de este ecuatoriano.

¿Cómo se llamaba el ecuatoriano?

No me acuerdo, pero en su momento me tuve que aprender la leyenda: donde vivía, quiénes eran sus padres...

¿De dónde viene lo de “Pombo”?

Viene del swahili (uno de los idiomas que se hablan en el Congo). Cuando estuvimos en  África, El Che estableció  números como seudónimos. Pero como cuando se siguen aumentando los números la combinación de palabras es muy compleja y yo no estaba entre los primeros, para mi seudónimo decidió ir al diccionario. Y en una página encontró la palabra Pombo y en otra Pojó y me puso Pombo Pojó, que quiere decir “néctar verde”.

¿Un seguidor del Che desde la Sierra Maestra?

Estuve con El Che en la Sierra, pero cuando yo llegué allí El Che ya era una leyenda entre los campesinos. Era el argentino invencible que había ido a luchar por los cubanos.

¿Usted fue amigo o simplemente subordinado del Che?

Primero un subordinado. Primero me enseñó a ser soldado y después como producto de esa relación me convertí en un amigo.

¿Cómo llega usted a Bolivia?

Primero fui a África, luego estuve en Praga. De allí regreso a Cuba, me fabrico la leyenda. Luego voy de nuevo a Praga, donde nos separamos. Yo llego antes que él y son meses de preparación, de ver el terreno, de conseguir armas, porque no las teníamos y las compramos allí.

¿Cómo las obtuvieron?

Mediante contactos del partido (comunista boliviano), militantes del partido que conocían militares; el Ejército mismo nos vendió el armamento.

¿Cómo escapó usted del cerco del Ejército boliviano en el que cayó El Che?

(Hace un largo relato en el que explica que una vez capturado Guevara, al parecer las órdenes eran  capturar vivos a los guerrilleros prófugos. La historia continúa con la narración de múltiples combates con fuerzas bolivianas, hasta el paso a Chile, desde donde con apoyo francés cinco combatientes logran llegar a Cuba unos cinco meses después).

¿A qué atribuye que el proyecto en Bolivia no tuviera éxito?  

Pienso que es un mal que tenemos los revolucionarios: nos es muy difícil unirnos y para triunfar es necesaria la unidad. En Cuba triunfamos porque logramos unirnos. Había un objetivo común que era derrocar a Batista.

¿Pasó el tiempo de la lucha armada en América Latina?

Sí, los movimientos progresistas se afianzan y avanzan, no hay por qué luchar. Se necesita resolver el analfabetismo, el hambre y la salubridad. En Cuba buscamos consolidar esas tres conquistas de la revolución y estamos rectificando detalles como  administrar cosas  que no debemos administrar. Por eso son las medidas de aquello que estamos liberando, las nuevas formas de propiedad.

¿Esas rectificaciones no son pasos atrás?

Yo pienso que no debimos dar esos pasos. No hay nadie que diga que tú tienes que ser dueño de las barberías y que tienen que ser estatales; ni que tú tienes que ser dueño de los limpiabotas y que tienen que ser estatales. Han dicho los clásicos del marxismo que el socialismo es la dirección y la propiedad sobre los medios fundamentales de producción. Hemos dicho que seguiremos manejando los medios fundamentales y que no renunciamos a tener una sociedad planificada. Ni hemos renunciado a construir el socialismo. En economía, tú no puedes tener una fábrica que no es rentable. Esas cosas las olvidamos y las estamos pagando.

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