Con referencia a las elecciones en Venezuela, escribí el 6 de marzo, “…Financiarán a la extrema derecha local y a la extrema izquierda incluso. Son las viejas tácticas de la CIA u otras agencias peores (que sí existen, no lo duden). Generarán esas divisiones que en nuestra América son tan conocidas y que por vanidades o codicias somos sensibles a caer en ellas. Buscarán muertes para profundizar las discrepancias”.

Los manuales se repiten de manera peligrosa, eso ocurre hoy en Venezuela y la batalla deberá darse con todas las fuerzas. Los próximos objetivos son Ecuador y Bolivia, y allí va el siguiente intento.

Las versiones: una absurda discusión de mercado en Magdalena, en Lima; el embajador ecuatoriano agredido por dos señoras, se defiende con una revista a guisa de florete o el embajador insulta a dos señoras porque se metieron en la fila antes que él, ellas responden y lo  abofetean, nuevamente aparece la revista a guisa de florete. Hay más golpes, hay menos golpes. Hay insultos, brota el nacionalismo barato. Quién inicia no está claro, cómo termina tampoco. Todo ello  produce un roce entre las cancillerías peruana y ecuatoriana. Aún no conocemos el desenlace, pero ambos embajadores han sido llamados a consulta.

¿Conspiración o tontera? No dudaría en pensar que las señoras buscaron y provocaron al embajador como parte de un montaje para deteriorar las relaciones entre Perú y Ecuador, pero no tengo prueba alguna de ello, así que queda fuera de la argumentación. Pero sí está clarísimo que la prensa inventada por Fujimori-Montesinos, los hermanos siameses, ha levantado la gran polvareda y aprovecha para elevar a categoría de política internacional los más bajos instintos chauvinistas y machistas o feministas de última hora. Ni el presidente Correa ni ningún izquierdista son queridos por esos medios ligados a la SIP. Humala está por iniciar, tal vez, un camino más positivo para las grandes mayorías nacionales. Qué mejor oportunidad que el video de un embajador que golpea a dos señoras. Grave error del embajador no retirarse a tiempo, para ser diplomático fue entrenado, o tal vez no tuvo otra alternativa. Todo muy inflado, todo elevado a un tono inaceptable entre dos países y pueblos hermanos, que jamás debieron haber tenido guerras y que jamás deberán volver a perderse la confianza.

Los errores cometidos son varios y ello es carne para el Imperio. Cuidemos lo avanzado. Cerremos filas detrás de la Patria Grande y esperemos que ambas cancillerías encuentren soluciones satisfactorias. Los dos  gobiernos saben dónde están sus intereses supremos. Tal vez no estén los halcones detrás de esto, pero se están frotando las manos y pensando en cómo seguir esta jugada y avivar la hoguera, que había quedado en cada vez menos intensos rescoldos.