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Tres métodos de asignación son analizados para el 2013
Tres métodos de asignación de escaños se aplicaron, en los últimos 25 años para designar a congresistas y asambleístas. Los métodos Haré, Webster y D’Hondt están basados en fórmulas matemáticas que definen el reparto de escaños, así se logran las mayorías y las minorías en los parlamentos ecuatorianos.
Sin embargo los técnicos aseguran que el mejor reparto de ‘curules’ se haría si se estableciese un método correcto de votación, un solo voto como establece la Constitución ; y no un voto fraccionado, que se aplica en el proceso de votación en plancha o entre listas.
En los proyectos de ley enviados desde el 2006 a la Asamblea Nacional para establecer la asignación de escaños se analizaron los métodos: Cuocientes y Residuos Modificado, Webster, Webster Modificado, D’Hondt, Imperiali y Haré.
Para el matemático y experto en métodos de asignación, Germán Rojas, la definición de un método de asignación partía de la convicción o decisión de la organización política, que al momento cuenta con la mayor representación electoral.
Rojas aseguró que a nivel nacional e internacional los métodos más usados son: Haré, Webster y D’Hondt, los cuales parten de fórmulas matemáticas. Históricamente los más usados en Ecuador fueron: Haré y Webster; aunque el ideal sería D’Hondt, a través del cual se obtiene la representación por el mayor número de votos en las urnas.
Diferencias entre métodos
Los método de Haré y de Webster son similares en los resultados, en el sentido que reparten los escaños entre las organizaciones políticas pequeñas y los que obtuvieron menor cantidad de votos.
En tanto que el método D’Hondt exige mayor número de votos para poder acceder a un escaño; es decir la representación como asambleísta o congresista se logra con el mayor número de votos.
En el caso del método D’Hont los votos se dividen para 1, 2, 3, 4... (depende del número de escaños que se quiere asignar) y los que tienen mayor puntaje acceden.
En Webster la división es para 1, 3, 5, 7... beneficia directamente a las minorías, quienes obtienen escaños, pero representan a menos personas; igual resultado se obtiene con Haré.
Mauro Andino, asambleísta de PAIS, explicó que la aplicación de los métodos en las provincias pequeñas no es un problema porque se escoge de dos a tres asambleístas, y por lo general son los más votados.
El conflicto del reparto de escaños se da en la designación de los asambleístas nacionales y de las provincias grandes en las cuales se tiene que elegir entre 8 y 15 representantes, como es el caso de Pichincha y Guayas.
“El problema que se tiene todo el tiempo es que los partidos grandes quieren aplicar D’Hont porque ganan por votos y los partidos pequeños Webster para lograr algún escaño, depende de la tendencia política del momento. En su tiempo los socialcristianos que eran fuertes en el Congreso impusieron el método D’Hont y todos los otros partidos se pusieron en contra”, aseguró Rojas.
Dalo Bucara, asambleísta del PRE, manifestó que el método indicado es el hoy vigente (Haré), y no el D’Hondt, el cual fue declarado inconstitucional cuando los socialcristianos querían imponerlo porque se consideraban mayoría en el país.
El problema es el voto
Rojas aseguró que la mitad del problema es el método que se utiliza para repartir escaños, la otra mitad y la más grave es cómo se usa el voto.
Los votos en Ecuador se clasifican en: nominal, en plancha o plurinominal. En el 2009 un total de 10’529.765 ecuatorianos empadronados eligió a 5.993 autoridades a nivel nacional: 124 asambleístas, 23 prefectos y 23 viceprefectos, 121 alcaldes, 1.039 concejales urbanos, 549 concejales rurales y 3.985 miembros de juntas parroquiales.
Según las estadísticas del Consejo Nacional Electoral (CNE) la tendencia del voto es del 70% en plancha y el 30% por voto uninominales cuando se trata de elegir a asambleístas nacionales, provinciales, del exterior, concejales municipales y miembros de juntas parroquiales.
“En el país la forma de votación es perversa porque el elector consciente sabe que constitucionalmente tiene un voto, sin embargo cuando lo fracciona (lo hace por varias personas en la papeleta) no está ejerciendo su total derecho, ni eligiendo a la persona que lo representará mejor”, dijo Rojas.
El matemático consideró que el voto más inconsciente es el que se realiza en plancha porque en la mayoría de las ocasiones se atribuye escaños a personas por su popularidad y no por sus méritos académicos o profesionales.
Un estudio del Departamento de Matemáticas de la Escuela Politécnica Nacional en el 2002 estableció que solo un tercio de los electores que emitieron votos válidos lo hizo escogiendo sus candidatos “entre listas”, mientras que los dos tercios votaron en plancha.