Según Carlos Drouet, director provincial de Pichincha de la Agencia de Tránsito, la lucha contra la corrupción no está en que hay o no nepotismo en su agencia, sino en los tramitadores de licencias de conducir y de matrículas.

Señaló que es un problema porque el tramitador está enquistado en todos los ámbitos y ha hecho negocio de este tema, porque sabe que los usuarios están dispuestos a pagar por no cumplir con los requisitos que manda la ley.

Consultado sobre qué sabe del cobro de 200 dólares a usuarios para “ayudarles” a superar las pruebas para que no quede bloqueada su licencia después de la tercera oportunidad para renovar la licencia, respondió: “Estas denuncias son las que más me apenan. Pido a la población que lo denuncien ante mí, y yo boto al mal empleado...”.

Cree que el problema se ha agravado porque el usuario no pone la denuncia por escrito. Señaló que le han llegado denuncias verbales sobre tramitadores que operan en la agencia de la Unidad de Vigilancia Sur, e indicó que frente a las  anomalías decidió cerrar la agencias Villaflora, al sur de Quito, en donde identificaron que, incluso, se autorizaba el cambio de placas de Guayas y del Oriente por las de Pichincha.

Destacó que igualmente por actos de corrupción que se detectaron en la agencia de Santo Domingo de los Tsáchilas se decidió  cerrarla: “y todo mundo fuera, borrón y cuenta nueva”.